Para el nuevo Mercedes-AMG One , la firma alemana tiene uno de los más grandes retos de los últimos años: adaptar su motor V6 de 1.6 litros de Fórmula 1 en un vehículo de producción.
Hay un motivo por el que en las últimas décadas ninguna otra marca lo ha intentado: es extremadamente difícil . De acuerdo con ingenieros de Mercedes-AMG, a pesar de que un monoplaza de la F1 y un coche de producción comparten principios básicos de operación y algunos componentes, no hay grandes similitudes entre uno y otro.
Para empezar, un motor de F1 es mucho más complicado . Por ejemplo, sus tolerancias a errores son mínimas, por lo que siempre tienen que estar en las condiciones más óptimas posibles, cambiando constantemente componentes de desgaste.
También, para que los pistones tengan movimiento deben de estar lubricados con aceite previamente calentado, siendo este uno de los principales problemas de montar un motor de esta naturaleza en un coche de producción.
Hoy en día no puedes prender un automóvil con una reserva de aceite previamente calentada, pero Mercedes-AMG encontrará una solución para este tema.
Otro punto es la cantidad de problemas que generaría un motor con tantas revoluciones por minuto , especialmente cuando hablamos de todo el peso extra que tendrá el AMG One en comparación al monoplaza.
Es por eso que han reducido las vueltas máximas del motor de 15,000 rpm a la aún estratosférica cantidad de 11,000 rpm, protegiendo así al bloque de malfuncionamientos.
Estos no son las únicas complicaciones, pero para adentrarte más a detalle, nuestros colegas de DriveTribe han creado un video explicativo en el que desglosan por qué es tan difícil montar un motor de F1 en un auto de producción .