Autopistas

Por qué amamos al Porsche 914

Este es uno de los Porsche más extraños de la historia, ya que es parte de una colaboración atípica con Volkswagen

Por qué amamos al Porsche 914
29/02/2020 |11:00CARLOS CAVAZOS |
Redacción El Universal
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En 1969 una nueva etapa iniciaba en la historia tras la llegada a la Luna. Era tiempo de evolucionar, y en estos vientos de cambio trajeron una misión: ofrecer un vehículo para un público más amplio que el del 911.

En colaboración con Volkswagen , encomiendan a Heinrich Klie y su equipo en a desarrollar un auto de motor central de alcance más popular y ese mismo año en el Auto Show de Frankfurt vería la luz el 914.

VW obtendría un deportivo tope de gama desarrollado por un excelente socio y usaría partes compartidas con otros autos de la casa de Wolfsburg, bajando precios y acortando el tiempo de desarrollo.

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Por qué amamos al Porsche 914

Al ser promocionado como un VW-Porsche los fans indignados, aún antes de la existencia de Twitter, pusieron el grito en el cielo. A los puristas les parecía indigno que el escudo de una marca de volumen estuviese asociado al refinamiento de un Porsche .

Los motores para las unidades VW tenían modestos 80 caballos de potencia en un bóxer de cuatro cilindros y 1.7 litros, mientras que los motorizados por la propia casa ofrecían un seis cilindros de 2.0 litros que producían 110 caballos . Ambas opciones eran enfriadas por aire y con inyección de combustible en lugar de carburador. La carrocería estaba a cargo del proveedor externo Ghia.

Los faros ocultos son una de sus características más peculiares, y la iluminación tenía el soporte de luces de niebla inferiores, debajo de la delgada defensa frontal. Dos volúmenes de carga facilitaban los viajes de sus entusiastas ocupantes, pues el bajo perfil del motor central liberaba espacio tanto sobre éste, atrás, así como al frente del 914.

Por qué amamos al Porsche 914

A pesar de su novedad, el 914 no fue precisamente un éxito de ventas. Factores como nuevas regulaciones ambientales, tipo de cambio, crisis y un ajuste en precio que lo llevaba demasiado cercano al 911 apretaron la viabilidad del modelo.

Para 1976 la armadora decidió que como experimento ya habían tenido suficiente del 914 y era hora de dar un paso adelante, aprovechando el aprendizaje y cortando las pérdidas con acciones decididas, con lo que se embarcaron en el siguiente desarrollo: el 924.

El 914 representa, para quienes tenemos el objetivo de vida de hacernos de una colección de autos interesante y no heredamos las riquezas de un monopolio, una sincera y significativa aproximación al mundo de los antiguos, en especial por su rareza. Bastantes Mustangs, VW Sedán y Corvette de colección existen ya, significativos sin duda, pero nada se compara a un entusiasta preguntándole a un coleccionista “¿y éste qué es?”

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