Los conflictos bélicos entre Rusia y Ucrania siguen cobrando vidas de personas pero también de empresas multinacionales. Hace un par de semanas, Toyota anunció el cierre de su fábrica en el país euroasiático y ahora, Nissan hace lo propio.
Al inicio de este suceso, Nissan solamente había pausado sus operaciones, con intenciones de reanudarlas para el pasado septiembre. Sin embargo, la tensión aumentó y eso ya no ocurrirá, pues tanto la fábrica como las oficinas de Ventas y Marketing, fueron vendidas al Instituto Central de Investigación Científica Automotriz de Rusia (NAMI).
La planta de manufactura abrió sus puertas en 2009 para producir Murano, Qashqai y X-Trail pero hoy, nada de eso queda. Sin embargo, al concretar la compra, se liquidarán los empleados con 12 meses de sueldo y, si Nissan lo desea, en los próximos seis años puede volver a adquirir estos activos para poseerlos hasta 2029.
El hecho de venderlos al gobierno ruso representa una pérdida de 100 billones de yenes , lo que es un golpe fuerte desde el punto de vista financiero. Solo el tiempo dirá cuándo acaben estos disturbios para que la industria automotriz rusa pueda volver a tener certeza, pues cientos de familias dependen de ella para subsistir.