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Mirage G4
es un nombre con relativa novedad en México, pero la realidad es que este producto lleva ya varios años, solo que antes lo asociabas con el nombre “Attitude” de Dodge. Con la intención de hacer un “borrón y cuenta nueva”, Mitsubishi trae la renovación de este compacto citadino bajo su cobijo para que la gente lo reconozca en su gama.
Dentro de un segmento tan competido como lo son los subcompactos citadinos de entrada, ¿cómo hacer que el Mitsubishi Mirage G4 destaque? En la casa japonesa se plantearon la misma pregunta y dieron una fuerte renovación a la estética del coche.
En esencia, este sigue siendo el mismo producto que conocimos en 2012, pero estos años se han encargado de darle una serie de retoques para mantenerlo vigente y seguir siendo una opción atractiva para aquellos que buscan un auto 100 por ciento citadino.
Propositivo por fuera
Algo que sin duda alguna es un parteaguas en esta nueva entrega del Mitsubishi Mirage G4 es su diseño exterior, que da un gran salto en comparación a lo que conocíamos anteriormente. El lenguaje Dynamic Shield llega al más pequeño de la casa japonesa para aumentar un par de años a su vigencia antes de cambiar de generación.
Frontalmente destaca un cuerpo de iluminación (que puede ser LED para el tope de gama) con trazos afilados, que se complementan con la parrilla con bordes cromados en forma de búmeran. La parte baja recibe un detalle en rojo que le añade personalidad y el tramado de en líneas horizontales lo hacen ver fresco.
Por el área lateral y trasera es donde notaremos más ánimos de sobresalir por parte del Mirage G4, pues su diseño es completamente diferente al que conocíamos anteriormente. Las calaveras estrenan líneas agresivas que forman un L para la luz de freno y se añade una tercera luz de este tipo bajo el ligero alerón en la tapa de la cajuela.
El parachoques posterior ahora alberga un par de reflejantes por temas de seguridad y encontraremos un sutil “difusor” en la parte baja, que, a decir verdad, desentona con la naturaleza del producto pero se comprende por ese “toque juvenil” que quieren imprimir en el auto.
Conservador por dentro
La historia es un poco diferente por dentro pues, a pesar de la renovación, el interior no cambia en la misma proporción que notamos al exterior. El único gran cambio es la pantalla central del sistema de infoentretenimieto, de 7 pulgadas con conectividad a Android Auto y Apple Carplay.
Dependiendo la versión tendremos aire acondicionado manual o automático, encontramos algunos detalles en color diferente y asientos forrados en tela sobrios. El clúster es análogo, la computadora de viaje muestra solamente datos limitados y el volante tiene controles al alcance de la mano izquierda.
Algo que quizá sea desconcertante para los usuarios es que el botón de encendido se encuentra al lado izquierdo del volante, no hay un botón para abrir o cerrar los seguros electrónicos y solamente hay un puerto USB en la parte delantera.
La calidad de materiales es acorde al segmento, pues recordemos que se coloca como una de las opciones más económicas del mercado mexicano. En este sentido, la mayoría de los plásticos son rígidos, pero se perciben resistentes ante el paso del tiempo.
Una de sus bondades es el espacio en las plazas traseras, pues caben dos adultos y un menor sin problema alguno, incluso con los asientos de la primera fila en posición para albergar personas de 1.7 metros de altura.
Lo necesario para ser accesible
Como ya mencionamos, su primer objetivo es ser un auto económico por lo que se tuvo que despedir de algunas cosas que encontramos en otros países para mantener el costo lo más bajo posible.
Por ejemplo, el sistema start&stop no se encuentra en la versión destinada para México, así como las 6 bolsas de aire con las que es fabricado en Tailandia, su país de origen. De igual manera, se desearía un asistente de arranque en pendientes o alerta de colisión al cambiar de carril, algunos extras que otros competidores si tienen.
No obstante, las dos bolsas de aire, frenos ABS, control electrónico de estabilidad y control de tracción lo hacen un auto cumplidor en términos de seguridad, al menos para los estándares nacionales.
La misma receta bajo el cofre
Al ser solamente un “facelift” todos los aspectos mecánicos se mantienen. Seguimos echando mano de un motor de 1.2 litros tricilíndrico con 76 caballos de fuerza , que se empareja a una caja manual de 5 escalones o, bien, una transmisión CVT para priorizar la comodidad en ciudad.
Esta potencia se percibe como apenas la necesaria para movernos por las vías rápidas de la CDMX, pero definitivamente no se puede optar por un manejo más agresivo, ni aventurarnos con rebases complicados y aceleraciones a fondo.
Seguimos haciendo hincapié en el punto de su objetivo principal: ser un citadino accesible. No podemos pedir más, porque se elevaría considerablemente su costo, pero si preferiríamos la versión manual para poder exprimir hasta el último caballo de fuerza a nuestra merced.
La puesta a punto del chasis está 100 por ciento enfocada al confort, por lo que los caminos con piedras, baches o imperfecciones son pan comido para el Mirage G4, aunque esto sacrifica su estabilidad al tomar curvas pronunciadas.
Algo que llamó la atención durante nuestra prueba fue el sistema de frenado, ya que su actuar no era tan potente como pensábamos y teníamos que aplicar más presión en el pedal de lo común.
Su carta fuerte
Mitsubishi Mirage G4 será una opción atractiva para todo aquel que quiera exprimir hasta el último centavo día a día, y parte importante será el consumo de combustible. Durante la semana en nuestras manos, promedió 20.1 kilómetros por litro en situaciones de manejo normales, con tráficos en hora pico de la CDMX y velocidades promedio de 60 km/h en las avenidas.
Es un auto que, en definitiva, está apelando por las personas que buscan hacerse de un vehículo económico, rendidor, con diseño diferente y que no le importe deshacerse de algunas otras amenidades en el proceso.
Incluso, nos aventuramos a decir que podríamos verlo como uno de los autos preferidos por los sistemas de transporte privado (Uber, DiDi, etc...) por la combinación de economía de combustible, espacio interior y resistencia de los materiales empleados.
Los precios de Mitsubishi Mirage G4 2021 van de los $229,300 a los $275,300 pesos y creemos que su principal rival será el Hyundai Grand i10 Sedán, que recién aterrizó en suelos nacionales, así que será una dura contienda para conquistar el corazón (y el bolsillo) de los mexicanos.