Al día de hoy, no podemos imaginar comprar un auto que no tenga aire acondicionado. Refresca la cabina y, si vives en una ciudad donde la temperatura baja considerablemente durante el invierno, también ayuda a calentar el interior.
Conforme el desarrollo de mejores sistemas de aire acondicionado mejoran, ya se han adaptado aspectos que buscan tener un interior más limpio gracias a filtros antipolen más sofisticados. A pesar de ello, existe la idea de que usar el aire acondicionado hace que el auto pierda potencia, especialmente en carretera.
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¿En verdad se pierde potencia con el aire acondicionado?
Para responder esto, hay que saber cómo funciona el sistema de aire acondicionado. En esencia, no es muy diferente al de un sistema de climatización para oficinas u hoteles, pues se requiere de un compresor, condensador, gas refrigerante y otros elementos.
El compresor es el encargado de hacer funcionar a todo el sistema. Es el motor del aire acondicionado, el cual se encarga también de hacer circular el gas refrigerante hacia el condensador.
Este proceso obliga a usar un serpentín o banda que requiere de la fuerza del motor para funcionar. Por ello, al encender el aire acondicionado en movimiento es probable que hayas notado una ligera pérdida de potencia.
La pregunta siguiente es cuánta potencia pierde un auto, lo cual es variable pero en promedio es del 10%, aunque será más notorio en autos menos potentes que aquellos con un V8 o motor turbocargado.
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Cuánta gasolina consume el uso del aire acondicionado
La siguiente gran pregunta es si realmente conviene usar el aire acondicionado. De acuerdo con la EPA (Environmental Protection Agency) de Estados Unidos, encender este sistema al viajar a velocidades superiores a 60 km/h es benéfico para el consumo de gasolina.
Se debe a que, con la velocidad, la aerodinámica funciona de mejor manera y permite tener el máximo desempeño de tu auto con el menor gasto de gasolina posible. En cambio, en ciudad podría incrementar en un 4% pues la velocidad promedio y las detenciones constantes juegan en contra de la eficiencia.