Cada vez existen más autos eléctricos, cosa que nos obliga a replantear lo que sabemos sobre manejar. En esencia, se mueven igual que un vehículo de combustión, pero debido a las baterías y motores eléctricos hay que entender nuevos conceptos que ayudarán a mejorar la experiencia a bordo e incluso, a eficientar la autonomía.
Mercedes-Benz es una de las marcas que está más comprometida con este esquema de movilidad de la mano de la familia EQ, que a México llegó en 2019 con el EQC y que ahora presenta 6 modelos en diferentes segmentos. ¿Qué es lo que aprendimos al respecto?
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El Mercedes-Benz EQ Experience es la manera en que la marca de lujo alemana explica aspectos importantes sobre la electrificación que sirven para comprender de mejor manera detalles puntuales.
El primero de los temas a revisar es una repasada de lo que es MBUX y la app Mercedes Me. El primero es el asistente de inteligencia artificial que es capaz de realizar acciones mediante comandos por voz o gestionar perfiles de conductores desde la pantalla central del auto.
Por otro lado, Mercedes Me es la aplicación desde donde se puede abrir, cerrar, localizar e incluso estacionar un auto de la familia EQ. Para Mercedes, la tecnología va más allá de tener pantallas grandes y sistemas de seguridad, pues su perspectiva es integral a cada aspecto de la vida.
Sin embargo, más entrados en electrificación está el tema de cómo cargar el auto para que el paquete de baterías tenga una vida útil longeva que, según especialistas de la marca, puede durar en promedio millón y medio de kilómetros. Y sí, para este punto todos pensamos que conectándolo a la electricidad, pero hay que tomar en cuenta que existen varios factores que afectan el tiempo de carga así como el impacto que tienen sobre la batería.
Uno de ellos es la temperatura. Las baterías de iones de litio son enemigas del calor, por lo que en lugares con altas temperaturas es probable que al enchufar el cargador no comience a recargar energía, sino que antes entrará en funcionamiento el sistema de refrigeración. De la mano, el límite de recarga que automáticamente se activa es del 80% para no sobrecalentar la batería.
Los tiempos de recarga son variables según las características del cargador y tamaño de la batería, pero así como suele pasarnos a la mayoría de personas, buscamos el menor tiempo de recarga. Si bien, existen cargadores rápidos, lo ideal es no abusar de su uso para que la batería no se desgaste con mayor velocidad. Al final, el proceso de recarga genera calor que es algo poco deseable. En lugar de ello, lo mejor es recurrir al wallbox de la marca y establecer horarios de recarga para no sobrecargar el auto, cosa que puede hacerse desde la app Mercedes Me.
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Luego de la teoría, viene la práctica. ¿Qué tan diferente es manejar un auto eléctrico? Si bien, no nos centraremos en las sensaciones que generan los autos eléctricos, sí hablaremos sobre un elemento importante que se suele pasar por alto.
Es el sistema de regeneración, que se manipula mediante las paletas de cambio al volante. Así es, esas que en un auto de gasolina se usan para cambiar de velocidad, en la familia EQ de Mercedes sirven para alterar qué tanta energía queremos recibir de vuelta.
Como contexto, esto funciona al desacelerar, pues los motores eléctricos operan de manera inversa y es así como regresa electricidad a la batería. Independientemente de los modos de manejo (Comfort, Eco, Sport, etc), las paletas de cambio permiten cambiar entre D, D+, D- y D Auto.
Claro que hay escenarios donde es inevitable acelerar más, como en subidas, que hace perder kilómetros de autonomía, pero que al evitar usar los frenos y jugar con las opciones de regeneración ofrecidas se puede llegar a un equilibrio energético.
En cambio, desde la perspectiva contraria están los Mercedes-AMG eléctricos. Concretamente los EQE 53 AMG y EQS 53 AMG. Además de no tener emisiones del escape, los autos eléctricos tienen torque instantáneo. Es como prender la luz en casa, ocurre al momento en que oprimimos el botón.
Para comprobar esto, lo mejor es un arrancón con el Race Start, que exprime las 752 lb-pie al máximo. Físicamente se siente como pegarse al respaldo, los ojos al fondo del cráneo y un vacío en el abdomen como cuando una montaña rusa va de bajada. Esta experiencia es impresionante por las sensaciones que genera, más aún como copiloto.
El ejercicio final fue un slalom, donde el eje trasero direccional hace que un auto como el EQE 53 AMG se sienta mucho más corto de lo que en realidad es, además de que la puesta a punto de la suspensión transmite confianza para hacer cambios de dirección rápidamente.
Además de reducir las emisiones directas que genera un motor a combustión, los Mercedes EQ tienen materiales reciclados y reciclables en el interior, de la mano de procesos de producción que buscan ser lo más amigables con el medio ambiente. Este tipo de contactos hacen que se comprenda la totalidad de la estrategia de electrificación, que es la tendencia a seguir en la industria automotriz.
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