En cualquier industria está comprobado que las asociaciones permiten que las empresas se vean fortalecidas al compartir sus recursos con sus competidores. Dentro del sector automotor, uno de los fabricantes que mejor ha aplicado esta estrategia es Toyota , que, así como ha colaborado con Mazda o recientemente con BMW o Suzuki , también lo ha hecho con Subaru .
Con esta última, Toyota permitió el desarrollo de un par de deportivos compactos de tracción trasera con un precio accesible: el Subaru BRZ y el Toyota 86 . Aunque el primero, ya habíamos tenido oportunidad de conducirlo, ya que se ofrece en México, del segundo no teníamos una referencia de manejo, pues no está la venta en los distribuidores de Toyota (al menos por el momento), hasta que viajamos a Alemania para tener un primer contacto. Sin embargo, esta experiencia fue completamente fuera de lo común.
Para conocer cómo se maneja y qué tan diferente es este auto, tuvimos nada más y nada menos como escenario el legendario circuito de Nürburgring .
Enclavado en el bosque de Nürburg , este autódromo creado en la década de 1920, tiene casi 2 1 kilómetros de longitud y cuenta con más de 70 curvas , así como un gran número de elevaciones.
Es la meca del desarrollo de automóviles de alto desempeño, por la exigencia a los vehículos que circulan en ella. Algo que también hace particular esta pista es que en los días que no hay competencias está abierta al público , es decir, que cualquier persona que lleve su auto y pague una cuota de acceso puede hacer tratar de hacer su mejor tiempo o simplemente dar un recorrido para conocer en carne propia lo complicado que este trazado.
Al estar a puertas abiertas, durante el día hay decenas de automóviles circulando al mismo tiempo, por lo que el recorrido de las vueltas es como una especie carrera, puesto que hay que ir rebasando o bien ceder el paso para los súper autos que superan los 200 km/h en las rectas. Con todos estos antecedentes llegó el momento de entrar a la pista para conocer el Toyota 86.
Por el tamaño de su motor y la cantidad de poder, este modelo queda lejos de los muscle cars o deportivos de alta gama que circuian en “El Infierno Verde”, sin embargo, su performance lo logra por medio de su carrocería compacta, la tracción trasera, la relación peso/potencia y, lo más sorprendente para estas épocas, transmisión manual.
Con esto en mente, nuestro objetivo fue sacar el mejor provecho del vehículo en cada una de las 73 curvas que tuvimos en nuestro paso.
Cada vez que había entrar a una curva o bien tomar un ascenso para luego entrar a otra curva de nuevo, el acelerador , la suspensión y la dirección hacían que el vehículo tuviera una agilidad sorprendente. A esto hay que sumar que el manejo de un automóvil con caja manual hace las cosas más entretenidas, sobre todo en una pista tan demandante como esta.
Aunque era evidente que había que dejar pasar a los súper autos, la capacidad del motor también dio pie para que pudiéramos pasar a otros autos.
Esta experiencia de manejar el Toyota 86 quedará en nuestro recuerdo por haber manejado por primera vez en en Nürburgring , considerado como el circuito más largo y severo que hay en el mundo.
Solo para tener una dimensión, su longitud es cuatro veces el Autódromo Hermanos Rodríguez, a esto hay que sumar las curvas ciegas y la enorme cantidad de curvas.
Ahora solo queda esperar si se confirma la llegada de este deportivo a México.