Gracias a múltiples factores como un avance increíble de la tecnología o, últimamente, la necesidad de quedarse en casa por la pandemia de coronavirus global, los videojuegos tomaron un papel sumamente importante en la comunidad actual.
Durante estos meses, muchas personas encontraron una forma de vivir nuevas aventuras, ejercitar la mente o simplemente pasar el rato con los videojuegos. Muchos de ellos son mundos de fantasía y tramas que poco se acercan a la realidad, pero hay otros géneros que requieren de mucha precisión para brindar al usuario una experiencia única.
Tal es el caso de los videojuegos de carreras . En esta corriente de entretenimiento digital, los desarrolladores tienen que apegarse a elementos reales como la física, climas, comportamiento de los diferentes autos y, por si fuera poco, el sonido que cada uno de ellos emite.
En ese sentido, los desarrolladores tienen que trabajar muy de la mano con expertos del mundo automotriz, como pilotos, diseñadores o, en algunos casos, ingenieros mecánicos.
Pese a este sentido realista, el mundo de los videojuegos de autos esconde un secreto: hacen sentir como un piloto profesional a un conductor promedio. Usuarios que manejan cotidianamente un auto por las calles, pueden llegar a dominar derrapes, arrancones o vueltas rápidas en los videojuegos de carreras como si fueran expertos al volante.
Para conocer cómo hacen que el usuario se sienta como un piloto experto , Gamasutra, una página dedicada al análisis de videojuegos desde un punto científico, realizó un estudio especial para conocer el secreto.
Según Gamasutra, los videojuegos de carreras más populares y aceptados por el público son aquellos en los que casi no se deja de presionar el acelerador. La forma más fácil de satisfacer esta necesidad de los jugadores podría ser con una recta interminable, pero esto sería sumamente aburrido.
Una de las sutiles soluciones que implementan los diseñadores es crecer un tercio las proporciones del camino a recorrer. De esta forma, es casi imperceptible para el jugador que creció la pista, pero la sensación de velocidad aumenta y entretiene a los usuarios por horas.
Otro de los trucos usados por los desarrolladores de videojuegos de carreras tiene que ver con la complejidad de las curvas. La realidad es que el jugador puede atacar la curva casi de la forma que desee, con la trayectoria que sea, y el auto simulará que fue la ideal sin importar las condiciones.
Según el estudio, solo unos cuantos simuladores respetan la verdadera física que implican las trayectorias ideales de las curvas. La mayoría de los juegos hacen sentir al usuario como un mejor conductor de lo que en verdad es, pero este es uno de los secretos para motivarlo a seguir jugando.
Otro factor importante, que poco se toma en cuenta, es la posición de la “cámara” del jugador. Los desarrolladores de un videojuego de carreras ponen especial cuidado a la percepción que tiene el usuario, haciendo que el comportamiento de los autos se vea orgánico y fluido.
Estas cámaras buscan captar esos logros de los conductores desde ángulos que muestran “su habilidad” al volante, lo que genera una sensación de satisfacción al jugador. Este es uno de los puntos más importantes, pues logran enganchar al jugador haciéndolo creer que “salvó” al auto gracias a sus increíbles habilidades.
De este modo, y con algunos retoques digitales más, los desarrolladores de títulos como Gran Turismo, Forza Motorsport y Asseto Corsa logran entretener a chicos y grandes durante horas.