La creencia popular sobre el color de los autos dice que aquellos de color rojo se ven involucrados en más accidentes de tránsito que aquellos con otra paleta de color. Esto puede influir en las decisiones de compra de personas que creen en esto.
Existen marcas o modelos que suelen tener como color insignia el rojo. Por ejemplo, Mazda, Ferrari o el Suzuki Swift son algunos que así lo muestran, además de que existen muchísimos tonos diferentes de rojo que podrían afectar la exposición a choques.
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En un estudio por parte del Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento de la Universidad de Granada llegó a la conclusión de que la relación de los autos rojos con la cantidad de accidentes no está relacionada, sino que se debe a un fenómeno cultural sobre cómo se percibe el color.
En algunas culturas, el color rojo simboliza peligro o agresividad, por lo que puede ser una teoría por la que se haya originado esta idea. Otro grupo de investigadores de la misma Universidad determinó en 2015 que un auto rojo no es más peligroso que alguno de otro color.
Para ello, se hizo un experimento con 100 conductores, donde se concluyó que no hay relación entre el color y la cantidad de incidentes de tránsito. Todo influye de factores como la habilidad al volante y, sobretodo, de las condiciones climáticas.
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Contrario a la creencia de autos rojos con más choques, sí existen algunos colores que pueden perderse con mayor facilidad cuando el clima es adverso. Por ejemplo, algunos tonos de gris, dorado, beige o tonos claros pueden perderse de vista cuando llueve, hay neblina o mucho polvo.
Esto no quiere decir que debas evitar comprar un auto de esos colores, sino que encender las luces es más que suficiente para que otros autos puedan identificar su presencia en todos los ángulos.