Hoy en día, casi todas las marcas de autos cuentan con su propia división deportiva para añadir sabor a su catálogo. Audi tiene Audi Sport, BMW presume a M División y Mercedes-Benz juega en este segmento con AMG, por mencionar algunas de las divisiones más clásicas.
Usualmente, dichas casas deportivas toman autos ya de por sí atractivos para hacerlos aún más deseables, pero no siempre es así. En algunas ocasiones, se fabrican versiones especiales de autos comunes, y en México hemos tenido un par de esos casos.
Ante una corriente de “ autos descafeinados ” creemos que es momento justo de dar un repaso a algunas de las propuestas que fueron menospreciadas en su momento a pesar de sus prestaciones.
Tsuru GSR 2000
En 1994, Nissan sorprendió a propios y extraños con el lanzamiento de una versión especial: GSR 2000. Con 140 caballos de fuerza gracias a su motor 2.0 litros con 16 válvulas y doble árbol de levas, dejó atrás a productos como el Golf GTI MK3 o el Ford Escort GT.
La firma presumía que este Tsuru podía llegar de 0 a 100 en ocho segundos con un corte de inyección hasta las 7,500 revoluciones. Su velocidad máxima estaba limitada a 240 km/h y la suspensión independiente en las cuatro esquinas lo hacían un gran auto para atacar caminos con curvas a altas velocidades.
No obstante, la percepción en general del Nissan Tsuru en México era la de un auto rendidor, robusto y bueno para el transporte sin complicaciones, por lo que la variante GSR 2000 fue sumamente infravalorada.
Para darnos cuenta de esto, solo basta recordar que en Estados Unidos, bajo el nombre de Sentra SE-R, fue premiado como uno de los mejores deportivos de su época, mientras que en suelos nacionales, solamente algunos coleccionistas supieron su verdadero valor.
Volkswagen Pointer GTI
A principios del siglo, el Volkswagen Pointer era uno de los autos más populares que se podían encontrar en los pisos de ventas. Su tamaño compacto, prestaciones atractivas y precio accesible lo hacían una gran compra si lo comparamos con los rivales de la época.
Para aumentar su popularidad, y dar un sabor especial al modelo, Volkswagen decidió traer la versión GTI del Pointer a nuestro país. Este vehículo venía directamente de Brasil con un motor 2.0 litros de 121 caballos de fuerza, lo que lo ponía casi a la par del Golf GTI de unos años atrás.
Por si fuera poco, el bloque se montaba de manera longitudinal, lo que mejoraba considerablemente su estabilidad cuando se le exigía de más. En esencia, era un “hot hatch” hecho y derecho e incluso hacia el 0 a 100 en poco menos de 9 segundos.
No obstante, la calidad de interiores seguía siendo la misma. A los pocos kilómetros todo comenzaba a sonar, los plásticos se lastimaban con el sol y las vestiduras se rasgaban a la mínima provocación. Esto terminó por jugarle en su contra y, similar al Tsuru, el concepto general del producto no ayudó para que la versión deportiva resaltara.
Dodge Neon SRT-4
El Neon era considerado un auto con actitud “juvenil” en su momento, pero no había en realidad una versión que destacara del resto. No obstante, todo cambió en 2003, cuando Dodge presentó la versión retocada por SRT , que lo colocó muy por arriba de cualquier otra propuesta similar.
Dodge pensaba solamente producir 2,500 unidades, pero al final se vendieron poco más de 25,000 autos en sus dos años de vida. Estéticamente destacaba por un intercooler expuesto en la parte baja del parachoques, un alerón de gran tamaño y rines más grandes.
Bajo el cofre tenía un motor de 2.4 litros turbocargado que proporcionaba 230 caballos de fuerza , aunque algunas personas argumentan haber obtenido resultados mucho más elevados en dinamómetros privados.
Su efímero paso en la industria no fue lo suficientemente largo como para que se volviera un producto popular en México, y hoy en día son contadas las unidades que se encuentran en suelos nacionales en buenas condiciones.
León ST
A pesar de ser una opción sumamente atractiva en Europa, el segmento de las vagonetas en México es prácticamente ya inexistente. Uno de esos últimos guerreros fue el León ST, que lamentablemente fue opacado por la creciente popularidad de las SUVs .
Este vehículo combinaba lo mejor de dos mundos. Por un lado, se tiene el desempeño y manejo de un sedán, y por el otro destacaba el espacio y habitabilidad de una camioneta. No obstante, otros vehículos con posiciones de manejo más elevadas y más accesorios terminaron por robarle todos los posibles clientes a este vehículo.
Bajo el cofre echaba mano del mismo motor de 1.4 litros con 150 hp de Ateca, que presumía de una respuesta efectiva y por momentos olvidabas que te encontrabas manejando un vehículo destinado a transportar a toda la familia.
Al final del día, el León ST se despidió de México para dar paso a más SUVs en el catálogo de la casa española, pero siempre será considerado como uno de los mejores vehículos que SEAT pudo ofrecer en nuestro país.