La industria automotriz y las historias de autos “embrujados” han ido de la mano durante décadas. Por ejemplo, Christine, una película de 1983, nos cuenta la historia de un Plymotuh Fury que siembra terror por las calles de California. Por su parte, Eleonor es un Mustang Shelby GT500 que parece estar poseído y se resiste a ser robado por Randall Raines en 60 Segundo o, bien, en “Muerte Sobre Ruedas” vemos a un viejo Dodge Charger Super Bee desafiar a muerte a una conductora de autobús.
Si bien este tipo de historias sobre “autos embrujados” son comunes en la industria del entretenimiento, hace algunos años un vehículo perteneciente a una estrella de la TV desafió los pensamientos lógicos de todo el mundo.
James Dean,
una estrella de los años 50, perdió la vida en un accidente vehicular a bordo de su Porsche 550 Spyder , llamado “Little Bastard”. El suceso ocurrió el 30 de septiembre de 1955, cuando el actor y piloto de carreras amateur se dirigía a una reunión de trabajo. Dean murió instantáneamente, pero la historia del Little Bastard continuó por muchos años más.
Aquel día, Dean iba acompañado de Rolf Wütherich, su mecánico de confianza para el Porsche 550. El plan original era llevar en grúa al Little Bastard, pues tenía un ligero problema mecánico, pero Dean decidió manejar para poder “analizar” qué le sucedía al coche.
En el trayecto, un oficial de policía detuvo a James Dean y le emitió una multa por exceso de velocidad. Sin embargo, Dean pareció hacer caso omiso y siguió superando el límite de velocidad de la Ruta 46.
Al llegar a una intersección, Dean circulaba a aproximadamente 140 km/h cuando, de su lado izquierdo, se atravesó un Ford Tudor para cruzar la autopista. El impacto fue fatal para ambos ocupantes y James Dean fue declarado muerto a las 6:20 pm en el Hospital Paso Robles.
El Porsche 550 fue declarado como pérdida total por la compañía de seguros, pero es en este momento cuando comienzan las cosas extrañas con el ejemplar. Momentos después del choque, llegó una supuesta grúa de la compañía de seguros para retirar la unidad, pero resultó ser una persona externa que se aprovechó de la situación.
Little Bastard, fue puesto en venta al poco tiempo después y, su enlace con James Dean, lo hacía un objeto de colección para muchos. El primero en comprar el coche chocado fue el Dr. William Eschrich, quien después lo desarmó por completo para usar el motor del 550 en su Lotus IX.
Al desarmarlo, notó que algunos elementos como la suspensión y transmisión estaban en buenas condiciones, por lo que se las prestó a un amigo de nombre Troy McHenry. A los pocos meses, el Dr. William sufrió un accidente en su Lotus IX del cual salió con lesiones severas en las piernas.
Sin embargo, la suerte no fue la misma para Troy McHenry. El sujeto que utilizó la suspensión y transmisión del Little Bastard en su coche perdió el control y se estrelló contra un árbol , falleciendo en el momento del accidente.
A partir de ese momento, la maldición del “Little Bastard” comenzó a ganar popularidad entre las personas que sabía de la historia del Porsche . A los pocos meses, apareció otro anuncio en el que vendían los restos del auto de James Dean y, un sujeto llamado George Barris, los compró.
Barris decidió capitalizar la popularidad del modelo. Lo sometió a una restauración intensa y, durante dos años, estuvo de gira por Estados Unidos como parte de una exposición de seguridad. En marzo de 1959, mientras el auto se encontraba en resguardo, el Little Bastar comenzó a incendiarse misteriosamente.
El saldo después del incendio fueron dos llantas derretidas y la pintura dañada. Como resultado, Barris cambió los cuatro neumáticos, vendiendo los dos usados por James Dean a un empleado del lugar donde estaba almacenado el auto. Según el sujeto que compró las llantas, ambas explotaron al mismo tiempo mientras conducía su auto camino a su casa dos semanas después.
Al poco tiempo, el Little Bastard iba a ser montado en una exposición en Sacramento, pero cayó encima de uno de los trabajadores , lastimando las piernas y cintura del sujeto. Dos días después, al ser transportado a otro lugar, cayó sobre el conductor de la grúa, matándolo al instante.
En 1960, Barris decidió mandar al Little Bastard a Los Ángeles para guardarlo definitivamente. No obstante, durante el transporte, el auto “desapareció” del contenedor en el que viajaba y nadie supo de su paradero.
Desde aquel momento, no se han dado detalles concretos del lugar donde pueda estar el Porsche 550 de James Dean . En 2005 se organizó una campaña para recuperar el auto, con una recompensa de varios millones de dólares, pero no obtuvo buenos resultados.
Al fía de hoy, nadie sabe el paradero del Little Bastard. No obstante, algunas piezas fueron vendidas a coleccionistas, como la transmisión manual de cuatro velocidades, por un precio de 400 mil dólares hace algunos meses.