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Hace 13 años, el circuito Gilles Villeneuve se alistaba para recibir una edición más del Gran Premio de Canadá . Era la sexta fecha del campeonato de 2007, con Fernando Alonso (monarca defensor) y Felipe Massa como los grandes protagonistas. Sin embargo, ese día la fiesta se la robaría un novato nacido en la pequeña ciudad inglesa de Stevenage: Lewis Hamilton .
Aquel 10 de junio, marcado por el estremecedor accidente de Robert Kubica (cuyo resultado fue milagroso), empezó una de las historias más exitosas de la Fórmula 1 , que hoy se traduce en el segundo mejor palmarés de la categoría reina, con seis títulos.
Hamilton
, de entonces 22 años, fue uno de los elegidos por McLaren para su renovación radical en 2007. La escudería, además, fichó al estelar Alonso para ocupar los asientos de Kimi Räikkönen y Pedro de la Rosa. Pero el británico pronto demostró que el bicampeonato del asturiano no lo intimidaba y que pelearía con uñas y dientes para ser el número uno en Woking .
Tras cinco podios consecutivos como carta de presentación, Lewis firmó también su primera pole en el Gran Circo en suelo canadiense, por delante de un Alonso que, sin sospecharlo, ‘perdió’ la posibilidad de un tricampeonato ese día. La posición de honor se le escapó por culpa de una frenada tardía y, por esa misma razón, fracasó en su intento de rebasar a su coequipero en la largada.
Vale decir que, para este punto de la campaña, el ambiente en McLaren era bastante tenso. Incluso, algunos lo comparaban con la añeja rivalidad de Ayrton Senna y Alain Prost, a pesar de la juventud de Hamilton . Asimismo, la prensa inglesa cuestionaba y criticaba las órdenes del equipo en favor del español, sobre todo, tras el GP de Mónaco.
Superada la prueba inicial, Lewis eludió las peculiaridades de este Gran Premio : autos de seguridad, descalificaciones, penalizaciones y accidentes. De hecho, entró a pits en el momento justo, para no verse afectado por los percances de Adrian Sutil y Kubica, pues justo en 2007 entró en vigor la polémica regla con la que el pitlane cerraba en cuanto el safety car salía a la pista (ésta sería actualizada dos años más tarde).
Y si McLaren pretendía favorecer al piloto español, la curva 1 del Gilles Villeneuve se encargó de arruinar sus planes, ya que esa zona fue un dolor de muelas para Alonso desde la qualy. Cuatro veces se salió del trazado y, aparte, tuvo una detención forzada en pits. Pronto, dejó de ser un adversario para su compañero de filas y, al final, hasta perdió el sexto lugar con Takuma Sato, del extinto Super Aguri.
Adelante, tras la estela de Hamilton , cruzaron Nick Heidfeld, de Sauber, y Alexander Wurz, de Williams . Con la repartición de puntos, que en ese entonces otorgaba 10 unidades al vencedor, el británico asaltó la cima de la clasificación, con 48; seguido de Alonso, con 40.
La tensión en Woking continuaría el resto del año, aunque ninguno de los dos se quedaría con el título. Para septiembre, la escudería perdería sus puntos en el campeonato de constructores por espiar a Ferrari y, un mes más tarde, Hamilton desperdiciaría la opción de coronarse en un fatídico GP de China .
No obstante, las bases quedaron sentadas en Montreal, donde Lewis Hamilton , hoy estrella de Mercedes, celebró la primera de sus, hasta ahora, 84 victorias en Fórmula 1 . De no ser por la pandemia, tal vez ya habría alcanzado las 91 del mítico Michael Schumacher .