Era 2008 y la crisis económica en todo el mundo estaba acrecentándose; como era de esperarse, la industria automotriz no se salva de esto. Uno de los más grandes afectados era Volkswagen , la marca alemana que, a pesar de su popularidad, no veía una luz al final del camino.
Porsche quería comprar al gigante automotor y estuvo a nada de lograrlo. En este proceso, la firma alemana de alto desempeño logró generar una estrategia económica que les permitió ganar casi 11 mil millones de dólares en unas cuantas horas. Dicha acción es considerada al día de hoy como una de las ideas más brillantes en el mundo de los negocios.
No obstante, a pesar de tener el capital para comprar a VW, Porsche no pudo completar el trato. ¿Qué pasó y quién detuvo esta negociación? El suceso es reciente, por lo que, juntando algunas declaraciones oficiales de ambas compañías, así como reportes, se puede contar la historia a detalle.
Para comprender lo qué pasó, es necesario explicar brevemente cómo funciona el esquema de acciones en una compañía como Volkswagen. Cuando una firma se abre a inversionistas públicos, divide una fracción de su propiedad en grupos llamados “ acciones ”.
Una compañía hace esto para recaudar más fondos que se destinan, entre otras cosas, a áreas como investigación y desarrollo. Si el negocio gana dinero, el inversionista gana dinero.
De igual manera, si la compañía pierde dinero, el inversionista pierde dinero porque el valor de sus acciones bajan.
Lo interesante de cuando las acciones son públicas, es que pueden ser manipuladas por un grupo llamado “Hedge Found” o “ fondo de cobertura ”. Estas compañías toman prestado un porcentaje de las acciones de una compañía con la promesa de regresarlas con algunos intereses.
Estas compañías toman las acciones prestadas y las venden en el mercado. Los “Hedge Found” obtienen ganancias si el valor de las acciones bajan, pues ellos compran a menor precio y le regresan dichas acciones a la compañía originaria.
Si Volkswagen vende una acción en 20 pesos, este fondo de cobertura las toma prestadas para colocarlas en el mercado. Si durante el día, la acción baja a 15 pesos, ellos compran la acción prestada y se la regresan a Volkswagen , obteniendo así una ganancia de 5 pesos.
El problema de los fondos de cobertura es cuando el valor de la acción se eleva. En estos casos, ellos tienen que comprar las acciones que tomaron prestadas a un mayor precio, lo que les representa una pérdida de dinero considerable.
Mientras más compren los fondos de cobertura, el valor de las acciones se eleva más por su incremento de demanda. Esto genera una escasez de acciones en el mercado y, como todos los inversionistas quieren ser parte de esa empresa, el valor de las mismas se eleva por los cielos.
¿Cómo esto motivó a Porsche para comprar a VW? Un hombre llamado Wendelin Wiedeking , CEO de Porsche en 2008, fue el encargado de motivar a toda la mersa directiva de Porsche.
Wiedeking tenía la idea de comprar a VW, una compañía al borde de la bancarrota. Si bien en su momento le costaría dinero recuperarla, sabía que una empresa con el renombre de Volkswagen saldría a flote tarde o temprano.
3 años antes, en 2005, Porsche compró 20 por ciento de las acciones de VW haciendo énfasis en que “no querían tomar el control sobre la compañía”. Según Porsche, esta compra de acciones fue para ayudar a Volkswagen, ya que ellos salían beneficiados de sus tecnologías.
En 2006, Porsche adquirió 25 por ciento de Volkswagen y seguían remarcando que no tenían intención de tomar el control de VW . para 2007, su participación de acciones había subido a 31 por ciento y el valor de las mismas se había duplicado gracias a la inversión de Porsche.
En marzo de 2008, la mesa directiva, bajo las órdenes de Wiedeking, tenía la autorización de comprar 50 por ciento de las acciones de Volkswagen . Cuando se dio a conocer esta noticia, los fondos de cobertura estaban esperando la oportunidad para participar en esta compañía.
Los analistas expertos de dichos fondos calculaban que, en cuestión de unos meses, el precio de las acciones de VW no soportarían estar arriba y bajarían considerablemente, lo que les dejaría una fuerte ganancia.
Los fondos de cobertura tomaron el 12.8 por ciento de las acciones de VW prestadas, a la espera de que bajara el precio para ganar dinero. No obstante, la jugada no les salió como esperaban.
En octubre de 2008, Porsche anunció que eran dueños del 42.6 por ciento de acciones de Volkswagen con un 31.5 por ciento más “disponible” para inversionistas externos, pero estaban a su nombre.
En total, Porsche era dueño del 74 por ciento de las acciones de Volkswagen con intenciones de crecer a 75 por ciento para finales de año.
El resto de las acciones se dividían en un 20 por ciento para el gobierno alemán y poco menos del 5 por ciento en fondos de inversión privados. Esto dejaba menos del 1 por ciento para el mercado público.
Esto era un gran problema para los fondos de cobertura, quienes tenían “prestados” 12.8 por ciento de las acciones de VW con la promesa de regresarlas. Ellos tenían que devolver las acciones a VW, pero simplemente no había disponibilidad para hacerlo.
Al enterarse de que solo poco menos de 1 por ciento estaba disponible, comenzaron a comprar a sobreprecio las acciones de VW. Gracias a esta alta demanda, el valor de las acciones de VW paso de 200 dólares a 1000 dólares en un solo día.
Con el precio de sus acciones subiendo, VW se colocó como la empresa más valiosa del mundo por unos cuantos días. Gracias a esto, Porsche ganó 11 mil millones de dólares en cuestión de unas cuantas horas. Este dinero provenía, como era de esperarse, de los fondos de cobertura que compraron acciones muy por lo alto de su precio promedio.
¿Por qué Porsche no pudo comprar en su totalidad a VW?
Todo tiene que ver con una relación familiar que comenzó en 2005. En esa entonces, el CEO de Volkswagen era Ferdinand Karl Piech, nieto de Ferdinand Porsche. Piech era dueño del 10 por ciento de Porsche y había trabajado en la compañía por muchos años.
Muchas personas apuntaron a que Volkswagen y Porsche tramaban una especie de “fraude” por el conflicto de intereses de Piech. Esto se dio a conocer por un hombre llamado, Christian Wulff, presidente de una compañía alemana que en esa entonces eran dueños del 20 por ciento de VW.
Wulff quería reemplazar a Piech como CEO de Volkswagen por el evidente conflicto de intereses, pero Ferdinand tenía una estrategia para salir librado.
Porsche no pudo comprar a Volkswagen por una “vieja regla” escrita en 1960 que no podía ser modificada. Cuando Volkswagen pasó de ser propiedad del gobierno a una empresa privada, el parlamento alemán dejó en claro que formaría parte de su mesa directiva a pesar de solo tener el 20 por ciento de acciones.
“Toda parte gubernamental que posee el 20 por ciento de Volkswagen tiene el derecho de tomar acciones y frenar estrategias que no resultaran convenientes para ambas partes.”
En este caso, Christian Wulff le recordó al gobierno la regla y los motivó a poner una nueva cláusula. Si Porsche quería ser dueña de Volkswagen, tendría que comprar el 81 por ciento de las acciones.
No obstante, Porsche ya no tenía dinero para comprar las acciones restantes. Incluso, Porsche tenía una deuda de casi 13 mil millones de dólares con algunos bancos que les prestaron dinero para poder comprar todas las acciones anteriores.
El plan del CEO de Porsche era fácil: comprar el resto de acciones para ser dueños de VW y, entre las arcas de la empresa, sacar los 13 mil millones de dólares que debían a los bancos.
El problema es que ningún banco quería prestarle más dinero a Porsche, por lo que recurrieron a una empresa privada en Qatar. Dicho grupo de inversionistas otorgó a Porsche los recursos para comprar las acciones restantes.
Sin embargo, justo cuando estaban por cerrar el trato, el gobierno alemán comandado por Angela Merkel bloqueó la acción. Esto fue gracias a la regla antes mencionada.
El CEO de Volkswagen, Piech, se puso a favor del bloque de la compra de acciones. Esto fue con la intención de que Porsche otorgara el dinero del préstamo de Qatar directamente a VW.
Porsche mantenía la deuda con los bancos, y Piech le propuso una solución a Wiedeking: unir la firma de alto desempeño con Volkswagen con la condición de que VW podría comprar a Porsche.
Al día de hoy, Porsche es parte de Grupo Volkswagen junto a marcas como Bentley, Lamborghini y Audi.