Con intenciones de entrar en el WRC , esa carrera tipo rally que se corre en ciudades y caminos fuera del asfalto, Volkswagen creó un Golf Rallye , un prototipo de lo que pudo haber sido la versión más interesante del compacto en los años noventa.
Esta versión es la homologación del Golf Rallye de calle, cosa que en 1993 era un requerimiento para entrar a la competencia y, sin duda, marca una imagen muy interesante pues luce musculoso para un hatchback de ese tamaño.
El kit de la carrocería contempla un nuevo cofre, fascias, rines y demás elementos aerodinámicos, fabricados en fibra de carbono y Kevlar para hacerlo más ligero. A esto
se le suman dos salidas de escape y un motor sumamente potente para la época.
Debajo del cofre hay un 2.0 litros turbo con 271 hp y 273 lb-pie con transmisión manual de seis velocidades. Tener esa cifra de potencia hace casi 30 años era muy descabellado, cosa que al día de hoy se mantiene como un dato competitivo, pues un GTI de octava generación, tiene 241 hp y 273 lb-pie.
Además de esto, la tracción integral le da ese toque de rally que es útil en cualquier tipo de camino, junto con otras mejoras para soportar el uso rudo. Sin embargo, Volkswagen no se unió al WRC de aquellos años y por eso, esta versión del Golf nunca vio la luz. Este es el único prototipo funcional que muchos desearían tener y que fue presentado en el SEMA Show, exhibición de autos personalizados en Las Vegas.