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Las ocurrencias y aventuras de Mr. Bean son algo que a todos nos alegra el día. El actor que representa este papel, Rowan Atkinson, logra plasmar muy bien situaciones cotidianas con un humor simple y familiar.
Sin embargo, Atkinson es una persona seria que gusta de manejar, contrario a la personalidad de Mr. Bean. De hecho, es tan fan de los autos, que llegó a poseer un McLaren F1 que chocó dos veces y acabó por venderlo.
Un auto de producción limitada
El McLaren F1 fue un superdeportivo de los años 90 que revolucionó ese segmento, pues fue un auto de carreras pensado para la calle. Fue el primer auto en usar una carrocería de fibra de carbono, además de que sigue siendo considerado como el coche de motor naturalmente aspirado más rápido del planeta.
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En total, se produjeron 106 de ellos pero sólo 64 fueron para uso en calle y uno de ellos lo compró Atkinson. A diferencia de prácticamente cualquier otro propietario de un Mclaren F1 , o de cualquier hiperauto, él sí lo usaba constantemente.
El recuento de los daños
Usar un auto diariamente trae consigo una mayor probabilidad de generar un choque. El primer accidente del F1 de Atkinson ocurrió en 1999, cuando le pegó a un coche por detrás y acabó por dañar el frente de su McLaren. Dado que la construcción es de fibra de carbono, las piezas son más complicadas de conseguir además de que forzosamente tiene que hacerlo un taller oficial, pues es un coche tanto complejo como único.
Los kilómetros aumentan en el odómetro del McLaren guinda de Rowan hasta que en 2011 tuvo un percance más fuerte. Como buen hiperauto, hay que tener pericia con el acelerador, pues el motor V12 de 6.1 litros con 618 caballos de fuerza y transmisión manual no son tarea fácil. Mucho menos en una era donde los autos no contaban con tantos asistentes como hoy en día.
El actor simplemente no pudo controlar la potencia del auto y terminó por hacer un trompo hasta impactarse con un árbol y señalamiento vial. Esto ocasionó que el F1 tuviera graves daños en la carrocería e incluso, que prendiera fuego. Pero Rowan no es una persona despistada con el papeleo, pues el seguro fue quien se encargó de pagar la reparación. Se estima que ésta tuvo un costo de $1.4 millones de dólares, la más cara en Reino Unido en ser pagada por la aseguradora. Una vez más, solamente podía realizarse en el taller de McLaren por lo raro del coche así como porque tienen al personal capacitado para dejarlo en perfecto estado físico y mecánico.
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Un adiós definitivo
Tras 65 mil kilómetros de uso y varios años en su poder, Rowan Atkinson finalmente decidió vender su McLaren F1 en 2015. La venta no está relacionada con los accidentes que sufrió sino que pensó que ya era momento de que alguien más pudiera disfrutar del vehículo. Fue subastado con un precio final de $12.2 millones de dólares ($229,222,140 pesos al día de hoy).
Puede sonar que 65 mil kilómetros no son muchos, pero para un auto tan exótico como un M cLaren F1 , es una cifra muy alta. Comúnmente, este tipo de autos se usan muy poco con el paso de los años, pero ¿por qué alguien se compraría un auto si no lo va a manejar?