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Hoy les saludo saboreando mi taza de café con unas galletas, listo para contarles una interesante historia: cómo nacieron los arrancones en nuestro país . Gracias a todos los lectores que han solicitado esta información por medio de esta columna.
Los arrancones cuarto de milla se desarrollan sobre una recta de 402 metros de largo. Esta carrera tiene un lamentable historial de jóvenes accidentados en las calles de la CDMX y el interior de la República, debido a su realización de manera clandestina.
La historia de esta prueba automovilística en nuestro paí s se remonta allá por los años setenta. En ese tiempo, yo desempeñaba labores de cronista de deporte motor. Los jóvenes que estaban inquietos por emociones fuertes organizaban las carreras, sin control ni seguridad para los pilotos, en una zona conocida como Picacho. Se apostaba dinero al estilo de una película protagonizada por James Dean, donde se reflejaba la vida de los jóvenes norteamericanos.
Para el arrancón , los participantes aceleraban rumbo al despeñadero de esa zona de la Ciudad de México; el que frenara primero era el que perdía. Se vivía un ambiente “rock” con chicas guapas vestidas con faldas cortas con taratana, calcetas y zapatos blancos. Esta vestimenta era completada por un pañuelo que llevaban en la mano con el que indicaban el inicio de la carrera mientras gritaban: ¡yeah! Aunque era todo un espectáculo, lamentablemente en esa época murieron muchos jóvenes.
Como yo tenía permiso de usar el Autódromo de la Magdalena Mixhuca para promover la campaña “No corras en las calles, corre en el Autódromo” comencé a traer coches y pilotos de competencia al Hermanos Rodríguez para los arrancones de allí. Recuerdo a John Luna quien trajo un ¡Funny Car! muy espectacular.
Vinieron pilotos de la talla de Tony Kalita, quien trajo un Dragster de motor trasero. Además teníamos mexicanos y extranjeros corriendo en la misma competencia. Era todo un espectáculo que dio brillo al automovilismo mexicano.
Con gusto les informo que estas se realizan legalmente en el Autódromo Hermanos Rodríguez , con una asistencia habitual de 250 autos divididos en diferentes categorías: motores de cuatro, seis y ocho cilindros. Estas se llevan a cabo dos veces por mes, de ocho de la noche a una de la mañana.
Los organizadores se llaman Grillos Racing y este evento cuenta con servicio de seguridad, ambulancia, alcoholímetro, cinturones de seguridad de cinco apoyos, y a los menores de edad se les pide una carta de sus padres para competir. Además, se pide una licencia expedida por la Federación Mexicana de Automovilismo.
Llama la atención que allí compite una señora llamada Yanet García, de 61 años, con un Volkswagen modificado. ¡Es impresionante cómo se pone al tú por tú con los otros autos en la pista!