Si vives en una gran urbe como lo es la Ciudad de México, puede que la compra más racional que puedas hacer de aquí a unos 10 años es un auto híbrido. ¿Por qué? Bien, la infraestructura para automóviles eléctricos no se encuentra tan desarrollada como para soportar los niveles de movilidad diaria como lo hace la gasolina, pero es un punto que poco a poco crece.
Si quieres encontrar un balance entre lo eléctrico y motores de gasolina, afortunadamente existen los autos híbridos, y cada vez son más y más las opciones disponibles en México al momento de buscar hacerse de uno de estos.
Los híbridos son distintos. No nos referimos a que tengan 5 ruedas o cosas por el estilo, pero tienen un camino complicado porque juegan en dos diferentes ligas al mismo tiempo. En el caso del KIA Niro , este auto participa en el segmento de los crossovers, pero al mismo tiempo de los híbridos en donde hay rivales acérrimos como el Toyota Prius, el indiscutible rey de este segmento.
Ahora, ¿qué propone el KIA Niro ? Facil, Niro entró al mercado mexicano hace algunos con la intención de comenzar a programar en la mente de los consumidores que KIA también tiene un coche híbrido en su catálogo para que, habiendo pasado unos años, ahora sea una de las opciones más interesantes con un nombre ya reconocido en suelos aztecas.
La estrategia seguida por KIA en esta ocasión fue primero comenzar a hacer notar su vehículo híbrido, para después levantar la mano en alto y contestar las preguntas en voz alta sin temor a los otros “niños listos” del salón.
Estéticamente creemos que se tiene un punto a su favor, pues sus trazos son “más digeribles” que los híbridos ya conocidos, además de que echa mano de la popularidad actual de los crossovers, así que es un producto amigable a primera vista.
A detalle, notamos elementos característicos de familia como la parrilla Nariz de Tigre, que carece de entradas de aire en favor a un estilo más “futurista”. No te preocupes, el motor se alimenta de aire con las tomas en el parachoques y parte baja de la unidad.
Ya que estamos hablando del área baja del coche, es aquí donde se recibe un nuevo trazado de luces de conducción diurna más agresivo.
El cuerpo de iluminación en ambos extremos sufre un ligero cambio para ponerlo al día, teniendo unos muy ligeros tintes en la parte trasera al contorno que se ve en su hermano deportivo Stinger. No estamos diciendo que tome inspiración de él, pero si se puede notar una evolución en cuanto al diseño que lo pone al día.
Sin embargo, en uno de los lugares que más necesitaba una “manita de gato” erá en el interior, y se logró. Es imposible en la actualidad vender un auto que predica la palabra del futuro con un interior al que ya se le notaban los años. No era malo, pero ya se comenzaba a quedar atrás.
Lo primero que notamos es que estrena una pantalla de 8 pulgadas con conectividad a Apple Carplay y Android Auto, además de un acabado negro piano en casi toda la consola central.
A decir verdad, le añade un toque “premium” pero es un material que suele ensuciarse muy fácilmente, o incluso rayarse con el uso cotidiano.
Otro de los cambios importantes es la incorporación de un clúster 100 por ciento digital de 7 pulgadas con dos diferentes configuraciones en el que podemos desplegar la mayoría de la información, si no es que toda, del auto.
El tablero tiene una distribución muy orgánica de los elementos, mostrando la carga de las baterías, nivel de combustible, revoluciones del bloque de gasolina e incluso un indicador en color verde que te avisa cuando el coche está funcionando en su totalidad a base de electricidad.
En materia de equipamiento es cumplidor, y se adoptó un puerto de carga inalámbrico para celulares compatibles. También encontramos aire acondicionado de doble zona, quemacocos, iluminación ambiental, vestiduras en piel y, en general, una buena percepción de calidad.
Destaca que ahora cuenta con asistentes como mantenimiento de carril con alerta de cambio involuntario, monitoreo de la concentración del conductor y emite un sonido si quieres cambiar de línea y hay un auto en tu punto ciego.
Con la reciente renovación de media vida, cambian algunas cosas en el KIA Niro , pero se mantiene la esencia que lo destaca: un esquema de propulsión híbrida con una caja de doble embrague y un buen consumo.
Sí, a diferencia de híbridos con transmisiones de engranajes planetarios o cajas automáticas CVT, Niro echa mano de una transmisión de doble embrague con 6 escalones que no teme a ser puesta bajo presión en situaciones que demandamos un poco más de desempeño.
Se mantiene el mismo motor de 1.6 litros de ciclo Atkinson con 104 hp y 108 lb-pie de par, que se empareja a un propulsor eléctrico que aporta 42 caballos a la ecuación y 125 lb-pie de par. Esta combinación le da un buen respiro a tu cartera en cuestión de consumos.
Durante nuestras pruebas, recorrimos 200 kilómetros exactos, teniendo un promedio en la computadora de viaje de 19.3 kilómetros por litro. Al hacer la conversión de pesos gastados con el promedio actual de gasolina (20 pesos), podemos decir que Niro fue capaz de recorrer esta distancia por apenas 207 pesos.
Si lo desglosamos aún más, por cada kilómetro gastamos apenas 1.03 pesos . Hay que mencionar que el tipo de nuestro manejo fue convencional, como cualquier otro vehículo que haya pasado por la redacción; no teníamos la intención de exprimir tantos kilómetros del tanque de gasolina y sin embargo, se logró.
¿El secreto? No lo hay, simplemente en el Niro el motor eléctrico si en en verdad un apoyo y no un lastre como en otros autos híbridos.
Con una buena carga en la batería, que no es fácil de lograr con la energía generada en las recargas al subir y bajar por la ciudad, el Niro podía circular hasta los 65 kilómetros por hora sin necesidad de gastar una sola gota de combustible. Claro, no es un auto eléctrico y si salíamos de esa “inercia” se prendía el motor térmico.
Incluso en situaciones de denso tráfico, el bloque de gasolina solo se prendía momentáneamente para recargar un poco las baterías y así poder mover el coche en embotellamientos sin la necesidad de consumir combustible y desperdiciarlo quemándolo sin moverse.
De manera general y a gran escala, nos costo un peso por kilómetro, con un uso normal, transportando a la familia el fin de semana e incluso cargando algunas compras normales de una familia de 4 personas.
¿Nos sorprendió el consumo? Sí, pero así es como debería de ser todos los híbridos. Lamentablemente, hay algunas ofertas en el mercado que no cumplen con este requisito.
Sin embargo, la realidad es que, si bien ha crecido considerablemente, la cultura por la movilidad híbrida no es aún tan fuerte como lo es la tradicional a base de gasolina.
Es en este punto intermedio entre la electricidad y la gasolina que el KIA Niro propone sus puntos para atraer a consumidores con una corriente actual enfocada a salvar al planeta reduciendo emisiones contaminantes y de paso ahorrarse unos pesos, pero a largo plazo.
Si comparamos el precio del Niro, que es de $550,900 pesos, con una Sportage SXL tope de gama, que cuesta $512,900 pesos, encontramos que la SUV más vendida de KIA es 38 mil pesos más barata.
El promedio de kilómetros recorridos al año por coche es de 15 mil km, y el consumo de Sportage es de 9 km/l. Haciendo las cuentas necesarias, al año y en promedio te gastarás 33,333 pesos en gasolina.
En el caso de Niro y tomando en cuenta las mismas cifras antes mencionadas, te gastaras un promedio de 15,000 pesos por año.
Esto quiere decir que en poco menos de 2 años y medio, la inversión extra que hiciste de 38,000 pesos se te regresara en puros ahorros de gasolina comparando una SUV normal de la familia coreana con el Niro.
Entonces, ¿el precio es un punto en contra? Todo depende del punto de vista del comprador, si lo analizas del lado del retorno de inversión a largo plazo, puede ser una muy buena opción que sin duda ayudará a tu cartera.