Desde sus primeras apariciones, el auto eléctrico ha servido como una eterna promesa de movilidad sustentable que, entre muchas cosas, vendría a revolucionar el mundo gracias a sus cero emisiones y bajo costo. No obstante, la realidad es otra y, si bien últimamente han dejado de ser exclusivamente un lujo para algunos cuantos, los autos eléctricos no son precisamente una opción para el promedio.
Sin embargo, existe una marca de origen chino que lucha para transformar esta promesa en algo que comienza a ser tangible. Se trata de JAC, propiedad de Giant Motors Latinoamérica, que se ha colocado como una de las firmas más atractivas si lo que estás buscando es movilidad electrificada a relativamente bajos.
Desde el lanzamiento de su estrategia “ Twin Car Concept ”, JAC se ha encargado de poner en el mercado nacional un producto de gasolina y su contraparte a electricidad.
Ahora, como parte del Primer torneo de pesca ambiental, patrocinado por JAC Motors y Grupo Sierra , viajamos de Guadalajara a Tepic, Nayarit, para conocer los beneficios de estos modelos. La ruta, de precisamente 201 kilómetros, estaría diseñada para poner a prueba la autonomía de los vehículos eléctricos de la marca china, principalmente el EJ7 y la nueva E Sei4 Pro, presentada hace unas semanas.
Así, comenzamos la ruta abordo de E Sei4 Pro. Los primeros kilómetros solamente somos espectadores desde el asiento trasero y, en el tablero, podemos leer una autonomía de 380 kilómetros con el 97 por ciento de carga de la batería según el indicador.
Durante los kilómetros que pasamos en este lugar, que fueron cerca de 100, pudimos notar una amplitud agradable y posición de viaje cómoda para una persona de 1.7 m de alto.
Al carecer de una mecánica a base de gasolina, el andar es muy silencioso en términos generales. No obstante, la parte trasera puede resultar algo ruidosa cuando se eleva la velocidad por arriba de los 110 km/h.
Llega el turno de ponernos al volante. A mis manos llega con el 60 por ciento de carga, aún buena para poco más de 200 kilómetros, según la computadora de viaje. Lo primero que destaca es la posición de manejo. No es la más cómoda, pues el asiento carece de una configuración que permita regular la altura diagonalmente, pero con un par de ajustes a la columna del volante encontramos, finalmente, la posición que mejor nos viene.
Aceleramos al ritmo de la caravana y, como era de esperarse de un auto eléctrico, la entrega de poder es inmediata. Debemos de medirnos con el pedal derecho o la autonomía baja considerablemente, y el pedal del freno tiene una consistencia que lo hace parecer más un interruptor sin puntos medios. Sin embargo, cumple bien su función, la cual es ser de operación sencilla para que la movilidad electrificada no sea difícil de aceptar o acostumbrarse por la mayoría de los usuarios.
Como SUV cumple su propósito: brindar un espacio agradable para viajar con cuatro o cinco ocupantes. Y, como eléctrico, también se lleva una palomita en cuanto a lo que debe de cumplir, pues llegamos a nuestro destino con aún 134 kilómetros de autonomía restantes.
Luego de un par de días de actividades centradas al cuidado del medio ambiente como limpiar las playas o pescar basura, es momento de emprender el camino de regreso. Nuestro vehículo para la tarea es el EJ7. El destino se encuentra a 163 kilómetros de distancia y es el Aeropuerto Internacional de Puerto Vallarta. A nuestra merced hay 390 km de autonomía en este vehículo .
Esta vez nos toca recorrer poco más de 80 km desde el asiento del pasajero, mismos en los que pudimos descubrir que, para trayectos largos, la posición de los asientos traseros no resulta la más cómoda, especialmente en la zona lumbar. La carga tecnológica es atractiva a primera vista, especialmente con la gran pantalla vertical, pero su operación resulta lenta. De igual manera, el cluster digital muestra información sumamente limitada y solamente cambia de color cuando presionamos el botón especial del volante.
Al momento de manejar, su comportamiento es progresivo y poco explosivo a pesar de su naturaleza eléctrica. En este caso, sí se cuenta con modos de manejo, pero se tienen que pasar por tres menús diferentes en la pantalla central para dar con ellos. La dirección es poco comunicativa pero, de nuevo, hay que recordar que el producto tiene una filosofía de la menor complicación posible.
Sin embargo, sí es necesario mencionar que el comportamiento del pedal del freno para este modelo es, por decirlo técnicamente, insuficiente. No queremos decir que no aplique la fuerza necesaria para detener el vehículo, pero se tiene que presionar con mucha fuerza para llegar al punto de acción en el que se siente una desaceleración considerable.
Su sensación puede ser descrita como “esponjosa” para aquellos que no están acostumbrados al modelo, pero luego de algunos kilómetros te acostumbras a esto. Llegamos al destino con el 65 por ciento de carga en la batería y una autonomía de poco más de 200 km, aclarando que veníamos transitando a ritmos acelerados entre 130 y 150 km/h.
No destaca por un manejo dinámico o una carga de tecnología fuera de lo normal, sino por su precio. Por 764 mil pesos para el EJ7, y 774 mil pesos para la E Sei4 Pro no son precisamente los modelos más accesibles, pero sin duda son los únicos por este rango de precios que ofrecen autonomías cercanas a los que superan los 450 km por cada carga de baterías.
Ambos modelos están disponibles en los puntos de venta de la firma, al igual que e l pequeño E 10 X, un auto citadino que arranca sus precios desde los 449 mil pesos.