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En el Gran Premio de Hungría 2003, con 22 primaveras recién cumplidas, Fernando Alonso dio su primer golpe de autoridad en la Fórmula 1. Ése que sentaría las bases para su futuro bicampeonato (2005 y 2006) y para su legado en el deporte motor.
En la segunda carrera de aquella temporada, el piloto español saboreó por primera vez las mieles de la pole, pero fue hasta la cita en el Hungaroring (el 24 de agosto) donde por fin sacó provecho de la posición de privilegio en la parrilla de salida.
El asturiano no reparó en las limitaciones de su Renault . Desde el arranque se aferró al primer lugar, aliviado en gran parte por el trompo de su más cercano rival, Ralf Schumacher, en la primera curva.
A falta de 10 vueltas, Fernando Alonso tenía una ventaja tan cómoda que su única preocupación era superar a los rezagados; entre ellos estaba su coequierpo Jarno Trulli y ni más ni menos que Michael Schumacher , que ni con toda su jerarquía evitó la pena de mover su Ferrari a un costado para cederle el paso.
Con el brazo en alto, el español se dio el lujo de saludar a las gradas y celebrar incluso antes de que la bandera a cuadros fuera visible. Una vez consumada la victoria en Hungría , con 22 años y 26 días de edad, el de Renault se colocó como el más joven en adjudicarse un Gran Premio (récord que después mejorarían Sebastian Vettel , con 21 años, y Max Verstappen , con 18).
Además, por primera vez en la historia de la máxima categoría del automovilismo se escuchó la Marcha Real. De paso, Alonso regresó a los primeros planos a su escudería, la cual no se bañaba en champaña desde 1983, cuando Alain Prost se consagró en Austria.