La verificación vehicular en México iba a tener un ajuste en su forma de operar a partir del 1 de diciembre de este año, con el objetivo de vigilar que los vehículos menores a 3.8 toneladas tuvieran una inspección físico-mecánica que avalen su buen funcionamiento.
Esto después de que la Secretaría de Economí a anunciara el pasado 6 de noviembre que este esquema, con el nombre de Norma 236 , “podía afectar negativamente el ingreso de las familias mexicanas que utilizan sus vehículos como herramientas de trabajo”.
Cabe destacar que esta Norma había sido criticada negativamente por el Presidente, meses antes, por ser perjudicial a la economía de las familias.
La forma en la que la Norma 236 operaría era que los autos tenían que pasar por este nuevo sistema de verificación a los dos años de haber sido adquirido como nuevo, luego a los cuatro y así sucesivamente hasta los nueve años. Pasada la década de haber sido comercializado, aplicaría de manera anual.
Esta verificación, a diferencia de la que ya se realiza, tenía como objetivo revisar aspectos como el parabrisas, suspensión, sistema de iluminación , frenos , transmisión, motor, entre varios más. Con ello se aseguraba que el vehículo cumpliera con los requerimientos para circular pues de lo contrario, el propietario tendría que repararlo para poder seguir usándolo.