Geely es una de las marcas más jóvenes en nuestro país, parte de un enorme conglomerado en el que se encuentran firmas como Volvo o Zeekr. Sus dos primeros modelos en México fueron el Coolray y Geometry C pero ahora llega con dos propuestas en segmentos importantes.
Mediante una ruta hacia Puebla y de regreso a la CDMX pudimos conocer, a modo de primer contacto, los Geely Starray y Okavango, que son camionetas compacta y grande, respectivamente.
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El primer modelo en conocer fue el Geely Starray, un SUV compacto que goza de lo más reciente de diseño y tecnología de la marca. Se nota como una camioneta futurista gracias a líneas rectas con ángulos marcados en los faros o puertas.
La cabina sigue esta tónica al tener una pantalla vertical de 13.2 pulgadas la cual es el centro neurálgico del coche. El tablero tiene una franja en negro brillante con iluminación que lo hace ver moderno y, como es de esperarse, el cuadro de instrumentos también es digital.
La ruta consistió en visitar Puebla, donde cuatro personas a bordo pudimos conocer el espacio y cualidades mecánicas de la Geely Starray. Desde una perspectiva de espacio en las plazas traseras, es generoso y cuenta con amenidades como salidas de aire acondicionado o cargadores USB C. Por otro lado, los materiales son suaves incluso atrás y con buen ensamble.
Una vez al volante de la Geely Starray se percibe una respuesta ágil y que no tiene mucho turbo lag, derivado de un 2.0 turbo de 215 hp de la mano de una transmisión de doble embrague con 7 cambios. Es ágil y la plataforma de nueva generación permite manejar a ritmos de 140 - 150 km/h con confianza. En general, las sensaciones de manejo son confortables pero con un toque divertido para el conductor.
Sin embargo, la pantalla central no cuenta con Android Auto y desde ahí se controlan aspectos tan esenciales como los espejos o la apertura de la cajuela eléctrica, lo que obliga a hacer más pasos para tareas que con botones serían más sencillas. Eso sí, la respuesta del sistema es rápida y los gráficos están bien resueltos.
Todas las versiones de Geely Starray cuentan con 6 bolsas de aire y asistentes de manejo que están bien calibrados para nuestros caminos. Los precios son los siguientes:
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De regreso a la CDMX tocó el momento de manejar la Okavango, que es la propuesta más familiar de la marca hasta el momento, pues es una camioneta con espacio para 7 pasajeros. De primera instancia, se nota que pertenece a la generación anterior de vehículos de la marca. No es algo malo, pues el manejo es agradable, pero se percibe que ya tiene años en otros mercados.
Su diseño es más bien robusto, con una enorme parrilla octagonal que es el centro de atención, desde donde nacen los faros hacia los costados. En general, las formas son bastante cuadradas, lo que favorece la habitabilidad.
A diferencia de algunos competidores, la segunda fila de la Geely Okavango es para 3 personas pero con asientos independientes, similar a lo que hace la Peugeot 5008. Cada uno tiene su propio ajuste longitudinal y al abatirse los respaldos queda una superficie plana. La tercera fila es para dos personas y repite esa versatilidad para cuando se desee cargar objetos grandes.
La cabina comparte rasgos de diseño con la Coolray, como la pantalla horizontal de 12.3 pulgadas y el tablero horizontal para una sensación de amplitud. Los años se notan al momento de querer conectar el celular, pues solamente cuenta con entradas USB A, mientras que la trasera no tiene climatizador independiente aunque sí salidas de aire.
El tren motriz de la Geely Okavango es el mismo que usa la Starray, que tiene buena respuesta. Naturalmente, al ser una camioneta más grande y pesada, hay que revolucionar más el motor para sacar mayor provecho del motor aunque en modo Sport lo gestiona de mejor manera, con sensaciones agradables al momento de rebasar.
Existen dos versiones de la Geely Okavango, donde las diferencias radican en la incorporación de asistentes de manejo y algunos elementos de conveniencia, como los asientos ventilados o la cajuela eléctrica. Sin embargo, por el costo suena atractivo a diferencia de sus competidores japoneses o americanos.
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