La industria automotriz tiene un gran número de historias interesantes que se dieron de maneras nunca pensadas. Tal es el caso de la histórica rivalidad entre Ferrari y Lamborghini , dos marcas que hoy en día son sinónimo de lujo y alto desempeño.
La disputa entre el toro y el caballo comenzó con un problema entre dos hombres de la región italiana de Emilia-Romagna. Ferruccio Lamborghini era el hijo de una familia de granjeros y siempre tuvo una atracción por la mecánica. Sirvió en la Real Fuerza Aérea italiana en la Segunda Guerra Mundial y, una vez terminada la guerra, dedicó su tiempo a la manufactura de tractores para las granjas de sus padres.
Gracias a este trabajo, Ferruccio pudo comprarse muchos autos de lujo, entre ellos un Ferrari 250 GT . Lamborghini aseguraba que, con un par de retoques, podría mejorar considerablemente el producto de la firma del caballo para poder competir.
La disputa comenzó cuando el Ferrari de Ferruccio Lamborghini se descompuso y, al repararlo, notó que usaba el mismo clutch que él montaba en sus tractores. El mecánico se dirigió a las oficinas de Enzo para hacerle llegar la queja, lo que molestó a Ferrari.
“Eres un constructor de tractores, no sabes nada de autos deportivos,” le comentó Enzo Ferrari a Ferruccio Lamborghini cuando este le expresó su problema.
Ferruccio tomó el comentario como una ofensa y comenzó a dedicar su tiempo en la fabricación de un auto deportivo que humillaría a las creaciones de Ferrari. De inmediato instaló una fábrica en Sant ‘Agata y tan solo 4 meses después presentó en el Salón de Turín el Lamborghini 350 GTV.
Para finales de 1964, Lamborghini ya había vendido 13 autos y comenzaron una guerra comercial que al día de hoy se mantiene. A los pocos años, Ferruccio presentó el Miura, que echaba mano de un motor V12 en posición central.
El resto es historia, pero se sabe que Lamborghini jamás le ha podido seguir el paso a Ferrari en cuanto a competencias se refiere. La firma del toro argumenta que esos programas son sumamente costosos y prefiere invertir ese dinero en sus vehículos para la calle.
Hoy en día, Ferrari pertenece a FIAT y Lamborghini a Grupo Volkswagen, pero sin duda los dos mantienen ese espíritu de competición y sana rivalidad que ha propiciado creaciones increíbles, como el Ferrari F40 o el Lamborghini Diablo SVJ .