Para muchas personas, manejar es una actividad tan rutinaria que, en ocasiones, se pierde de vista la gran responsabilidad que esto implica. Sin embargo, es muy importante que los automovilistas estén pendientes de su salud, en especial si su historia clínica incluye alguna de las enfermedades más comunes en nuestro país , pues es factible que necesiten trasladarse con compañía.
“ Cardiopatía isquémica, arritmia, alteraciones de la presión arterial, aterosclerosis (cuando se acumula grasa en los vasos sanguíneos y, al desprenderse, pueden provocar una obstrucción), diabetes y obesidad. En general, cualquier problema que tenga que ver con el corazón nos va a provocar un riesgo al volante”, explica la doctora Laura Jessy Chávez, gerente médico de la línea cardiovascular de Laboratorios Silanes.
En entrevista, la especialista detalla que existen tres principales síntomas propios de una cardiopatía : disnea (dificultad para respirar), dolor torácico y síncope (pérdida del conocimiento). Lo grave es que hay personas que desconocen tener algún problema del corazón , por lo que podrían presentar cualquiera de estos signos sin previo aviso, incluso, mientras conducen.
Por otro lado, quienes están al tanto de su afección, suelen consumir varios medicamentos a la vez “para muchos otros problemas, como es el perfil de los latinos. Esto puede desencadenar eventos adversos como visión borrosa, taquicardia y pérdida de la concentración o del estado de alerta; sobre todo, al principio, cuando el cuerpo se está acostumbrando a la terapia”, añade la doctora.
Otro grupo al que se le aconseja no manejar solo es al de pacientes con antecedentes de cirugía del corazón , “por si surgiera alguna falla. Por ejemplo, en los marcapasos , aunque la probabilidad de que fallen es mínima, existe”.
En cuanto a la diabetes, una de sus principales complicaciones sucede en los vasos sanguíneos pequeños. Esto genera alteraciones en el ojo y, a la postre, causa retinopatía. De hecho, “los problemas de visión son muy comunes si el azúcar o la glucosa está muy elevada. Y, si no alcanza a ver bien los señalamientos, probablemente, tendrá un accidente”, recalca la experta en enfermedades cardiovasculares .
Si uno de tus familiares está habituado a manejar y entra en alguno de los grupos antes mencionados, pídele que no conduzca en circunstancias que alteren más sus viajes (cuando llueve, por ejemplo), que realice recorridos conocidos , que evite tomar rutas alternas y que no salga en horas pico.
Asimismo, “el médico que los atienda debe reconocer en qué grado de riesgo se encuentra el paciente. Si no estamos correctamente controlados y si no acudimos a nuestras revisiones periódicas, vamos a perder noción de cómo está la estabilidad de la enfermedad y pueden surgir estos eventos indeseables (disnea, dolor torácico y síncope)”, indica Laura Jessy Chávez.
Otro aspecto fundamental es monitorear constantemente los niveles de glucosa, colesterol y triglicéridos. “Son los chequeos que nadie se hace, a menos que lo indique un médico. Nosotros los llamamos ‘hallazgos’ porque, a veces, la persona no muestra ningún síntoma. Son situaciones que varían en cada quien”, asegura.
Por último, la especialista invita a pasajeros o copilotos a estar pendientes de síntomas como “sudoración en el conductor aunque no haga calor, pues es un dato de hipoglucemia (que no tiene suficiente azúcar en su cuerpo), temblor fino en sus manos, pérdida del estado de consciencia (relacionada con eventos vasculares cerebrales), dolor en el pecho y alteraciones del sueño ”.