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Hace algunas décadas, Porsche se aventuró en desarrollar un modelo ligeramente más accesible para reemplazar al 911 , su auto icónico. Nombrado como 928 , este deportivo falló en su momento por su configuración mecánica, pero ahora se ha vuelto un objeto de deseo para algunos coleccionistas.
A pesar de que ahora son valiosos y buscados por los fanáticos de la marca, un coleccionista privado decidió abandonar su grupo de varios 928 en el desierto de California, bajo el rayo directo del sol y sin darles importancia alguna.
Estos ejemplares fueron descubiertos por Steve Rhodes , un usuario de Facebook que publicó las imágenes. Esta persona se encontraba realizando un recorrido para una filmación para un canal de televisión local a unos cuantos kilómetros del cementerio de Porsches.
“Según cuentan, una persona le pidió permiso al dueño del terreno para dejar por unos días un par de autos. Vino con varios ejemplares del 928 y jamás regresó por ellos,” explicó Rhodes en su publicación. En las imágenes publicadas por el usuario, se pueden notar al menos 13 ejemplares diferentes del 928 de primera generación.
Estos contaban con un motor de 4.5 litros, que luego fue incrementado a 5.0 litros para la variante 4S. A juzgar por la cantidad de polvo, óxido y naturaleza a su alrededor, no se han movido en muchos años, por lo que sus componentes mecánicos deben de estar en muy mal estado .
El hecho de que la carrocería esté fabricada en acero galvanizado tampoco ayuda a evitar el deterioro por estar a la intemperie. Los paneles de la carrocería muestran corrosión intensa, y seguramente el equipo electrónico ya no funciona correctamente.
“A veces viene a ver sus autos, pero parece que no tiene interés en llevárselos para repararlos,” agregó Rhodes en sus redes sociales. “Según el dueño del lugar, le han llegado varias ofertas por estos autos, pero simplemente las rechaza sin prestarles atención,” finalizó.
Seguramente algunas personas fanáticas de los autos ya están pensando en un plan para rescatar alguno de estos 928, pero es prácticamente imposible. Según Rhodes, para llegar al lugar tienes que saber exactamente las coordenadas o te pierdes en el desierto.
Incluso, si llegas a dar con el lugar, está resguardado por un personal de seguridad las 24 horas del día. Ahí mismo hay varias cámaras de vigilancia, así como barreras eléctricas. Por lo tanto, parece que no hay solución para estos Porsches abandonados en el desierto, que pasarán ahí el resto de sus días.
Fotografías: Steve Rhodes