En un informe publicado por Deloitte , la compañía auditora señaló que la industria automotriz ha cambiado significativamente ya que, apenas en 2004, solo el 25 por ciento de los automóviles tenían bolsas bolsas de aire y menos del 50 por ciento tenían asientos de pósiciones eléctricas.
Desde entonces, el número de componentes eléctricos en los autos ha aumentado significativamente. Esto se debe, en parte, a las normas de seguridad. En particular, la firma observó en 2004 que menos del 20 por ciento de los vehículos estaban equipados con elementos como control de estabilidad, bolsas de aire laterales, sensores de presión de llantas, sensores de estacionamiento y sistemas de monitoreo de punto ciego. Para el 2017, muchos de estos sistemas fueron incorporados en más del 80 por ciento de los autos.
Los vehículos modernos están equipados con una variedad de dispositivos electrónicos como el control de crucero adaptativo, espejos con atenuación automática y sistemas de infoentretenimiento. Los autos más nuevos también cuentan con una variedad de características como ahorro de combustible, sistemas de arranque, además de trenes de potencia híbridos o eléctricos.
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Si bien no podemos negar que los automóviles modernos son mucho más avanzados que sus predecesores, las nuevas características están aumentando sus costos. Como señaló Deloitte , la electrónica representó el 18 por ciento del costo total del vehículo en el año 2000, pero la cifra actualmente es del 40 por ciento , y para el 2030 se espera que alcance el 45 por ciento .
Por supuesto, no es sorprendente que los costos estén aumentando, ya que los vehículos ahora vienen con sistemas de seguridad avanzados, pantallas múltiples y tecnología de conducción semiautónoma. A medida que esto último se vuelva más común y los fabricantes de autos puedan alcanzar niveles más altos de automatización, los costos electrónicos probablemente aumentarán más .