Definitivamente, los autos de la actualidad son más seguros que los de hace unas décadas. El desarrollo de años para hacer que las cabinas absorban la mayor cantidad de fuerza ante un choque ha mejorado de manera considerable la experiencia de los ocupantes de un auto frente a un impacto.
Asimismo, tecnologías como los sistemas de control de estabilidad, la distribución electrónica de frenado y hasta el ABS han propiciado que podamos reaccionar de manera más fluida ante los cambios del camino.
Sin embargo, esto también ha provocado que, en general, nuestras habilidades frente al volante hayan menguado frente a las capacidades de nuestros ancestros, quienes tenían que tener más fuerza y prestar más atención a la hora de manejar.
Parece ilógico, pero a pesar de que hoy los autos tienen más equipamiento de seguridad, las muertes viales se mantienen en una curva ascendente.
Según datos del Consejo Nacional de Seguridad en Estados Unidos, las muertes relacionadas con accidentes viales en 2020 ascendieron a un registro histórico de más de 42 mil decesos.
Este número debería llamar la atención de los desarrolladores de los departamentos de tecnología de todas las compañías automotrices, pues lejos de que las asistencias de la actualidad, eviten accidentes, puede que los estén propiciando.
Esta posibilidad encuentra sustento frente a un estudio de la Asociación Automovilística Estadounidense (AAA), el cual señala que tecnologías como los asistentes de manejo autónomo o control de crucero adaptativo pueden ser más perjudiciales que benéficas frente a la seguridad a bordo de un auto.
Hoy, Tesla ofrece uno de los sistemas de manejo autónomo más avanzados de la industria y una vez probado este sistema, resulta lógico y cómodo activarlo mientras respondemos un mensaje en nuestro celular o, peor, “scrolleamos” para navegar en redes sociales.
Sin embargo, es importante entender que estas tecnologías aún están en desarrollo, sin embargo, al ser falibles, han provocado una decena de accidentes, de los cuales 23 están siendo investigados por cortes federales de los Estados Unidos para dictar si la responsabilidad es de Tesla por ofrecer estos sistemas o, bien, de los usuarios por ejecutarlos de manera irresponsable.
De ninguna manera debe entenderse que el desarrollo de tecnologías que buscan brindar más seguridad a los ocupantes de un auto debe detenerse y conformarnos con lo que tenemos hoy, pues como señalé en el inicio, hay algunos que indudablemente salvan vidas.
Sin embargo, considero que es prudente realizar una reflexión sobre qué tecnologías son más perjudiciales que positivas en la experiencia a bordo de un auto.
Por ejemplo, según un estudio realizado por J.D. Power , miles de usuarios en la región de Norteamérica consideran que las tecnologías de comandos por gestos (como bajar el volumen de un auto moviendo los dedos en el aire) son más molestas e incómodas que convenientes a la hora de operar un auto.
De la misma manera, considero que es innecesario emplear tantos recursos para que un auto pueda estacionarse en paralelo de manera autónoma. Al final, creo que esa maniobra es indispensable en la técnica de manejo de cualquier persona y por eso, es una de las pruebas obligatorias cuando se busca conseguir la licencia de manejo en Estados Unidos.