El primer Ford Mustang Shelby GT500 2020 que salió de la línea de ensamble a finales de octubre de este año es un homenaje dedicado al Shelby EXP Prototype de 1968, apodado “Green Hornet” entre los entusiastas de los autos.
Esta unidad ha sido subastada por Barret-Jackson, y fue comprada por el mismísimo CEO y presidente de la compañía encargada de la puja, Craig Jackson.
Jackson posee el prototipo original de 1968, que está pintado en este mismo color. Dicho auto fue usado por Ford y Shelby para probar las bases de lo que serían los modelos deportivos de la firma del óvalo azul.
Para lograr esta tonalidad tan especial en la pintura, Ford tuvo que combinar dos verdes diferentes, dando como resultado un color que no está en ninguno de los catálogos de la marca, ni lo estará.
El único verde disponible para el Shelby GT500 al momento de su venta es bautizado Lime Green y no es nada similar al de este homenaje sobre ruedas.
“Todo el equipo de Ford encontró la manera de trabajar duro para convertir este sueño en una realidad,” comentó Craig Jackson.
Otras características especiales de este Shelby GT500 incluyen a la leyenda “EXP500” pintada en una franja blanca en la parte baja lateral y espejos pintados el mismo color de la carrocería.
Ford no tiene intenciones de producir más Shelby GT500 con estas características, así que será un ejemplar único en el mundo que seguramente en algunos años elevara su precio más alla de los 1.1 millones de dólares originales.