Hace 40 años se presentó el Toyota Supra en el mercado estadounidense. Sin embargo, reconocido por la propia marca japonesa , este vehículo no gozaba de una gran popularidad entre el público sino hasta el estreno de una película.
En 2001, la primera entrega de la saga “Rápido y Furioso” hizo que el Toyota Supra ganara una gran cantidad de aficionados alrededor del mundo por la aparición del modelo denominado internamente como A80 .
Para desgracia del nuevo grupo de amantes del Supra , dicha plataforma generacional llevaba siendo fabricada desde 1993 y, para 2001 solo le restaba un año de producción.
Para manejar el nuevo Supra , Toyota nos invitó a Middleburg, Virginia ; un lugar tranquilo ubicado en el sur de los Estados Unidos que, de manera inicial, encuentra poca justificación como escenario para mostrar un auto tan emocionante.
La paz de sus carreteras y calles nos contuvo de manejar el Supra a altas velocidades y, por el contrario, nos hizo ver que, a pesar de ser creado para la pista, en la configuración “ Comfort ” resulta un auto silencioso , cómodo y de espacios agradables para dos personas.
A pesar de la agradable vista de los bosques de esta región, el sentimiento de frustración crecía a medida que manejábamos pues en este ambiente era difícil saber si el nuevo Supra era digno de ser manejado en una película de acción o si los estándares de Akio Toyoda , CEO de Toyota (quien supervisó personalmente la evolución del proyecto), para autorizar su fabricación eran muy bajos.
Para fortuna de nuestra avidez de velocidad , la ruta programada tenía como punto medio la pista de carreras denominada “Summit Point Raceway”. Este es un circuito de no más de 2 kilómetros de longitud pero con un trazado que justifica el por qué de la develación del Supra fue en este rincón estadounidense.
Esta pista está compuesta por una serie de curvas cerradas y rectas que comprometen los reflejos del conductor para poner atención en el manejo, pues las áreas de escape son mínimas y un pequeño error podría costar un aparatoso accidente contra los muros de contención.
En este entorno el Supra superó mis expectativas pues, de manera contraria a la generación pasada, el modelo no es simplemente un buen ejemplar en aceleraciones vigorosas para un “ arrancón ” sino uno de los autos más refinados para manejo en pista.
El pasar tantas horas en el Nürburgring le pasó una factura positiva al Supra y nos hace suponer que, de la colaboración con BMW, Toyota sacó la mejor parte.
En este modelo se entiende a la perfección el concepto de que la potencia del motor (6 cilindros de 335 hp) no sirve de mucho si no es acompañada de una configuración que privilegie el equilibrio del peso, la dirección del auto y el comportamiento de la suspensión en cada curva.
La influencia de la retroalimentación alemana ha ayudado a dotar a este modelo de una distribución de peso de 50:50 entre la parte trasera y delantera; lo que ha beneficiado a la manera en la que el Supra se maneja.
Una vez configurado en “Sport Mode” el acelerador se vuelve más sensible al pulso del pie y la aceleración es inmediata para salir de curva de manera rápida o, bien, alcanzar altas velocidades en las rectas.
Si bien sería interesante la presencia de una transmisión manual en un modelo con manejo tan divertido, el acoplamiento de la caja automática de 8 velocidades cumple satisfactoriamente a la respuesta requerida.
Luego de casi dos horas (con pausas) manejando el Supra en el Summit Point Raceway , ganamos más confianza en nuestras habilidades y los alcances del modelo. Esto no es coincidencia ni una virtud fortuita, pues de acuerdo a Tetsuya Tada (ingeniero responsable del Supra ), uno de los objetivos en el nuevo Supra es que sea disfrutable para pilotos expertos y también para conductores primerizos.
“Desde el inicio de su configuración, tuvimos claro que no tenía sentido desarrollar un nuevo Supra si éste iba a ser imposible de controlar. Queremos que todo el mundo lo disfrute y baje del auto con una sonrisa en el rostro”
, comentó en la presentación.
El objetivo se cumplió por encima de mis expectativas y me hizo disfrutar el nuevo Supra como un vehículo honesto que, a pesar de sus limitantes en su potencia, aprovecha todas sus herramientas para que el conductor pase un buen rato a bordo del auto.
Este modelo llegará a nuestro país entre agosto y septiembre del año en curso.
A pesar de que en Estados Unidos se ofrecerá de manera inicial en tres versiones que se distinguen por el equipamiento, en México solo se pondrá a la venta la versión tope de gama. Esta opción tiene un valor de 50 mil dólares en el mercado norteamericano y es probable que la conversión a moneda nacional no sea tan lejana su precio en México .