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La idea de entrar a trabajar a una empresa como becario y eventualmente convertirse en el directo r de operaciones de esa misma compañía es si no un sueño, por lo menos, una hazaña casi imposible.
En ese periodo, es posible que la compañía sea vendida, que algún director ceda el puesto a algún familiar de modo directo o, bien, que la empresa desaparezca. Sin embargo, el improbable ascenso progresivo (hasta el máximo escalón) en la escala organizacional de una empresa es tangible con Bruno Cattori , actual presidente y director general de FCA México.
Bruno inició su carrera profesional como becario de ingeniería en la planta de Chrysler en Lago Alberto en 1988.
Señala que la razón por la que entró ahí fue por la influencia de su padre para trabajar en la industria automotriz, pues él tenía una empresa de autopartes, y porque su tesis universitaria trataba sobre aire acondicionado en los autos.
Al externar el desarrollo de este trabajo académico, Bruno fue asignado a un proyecto de esa rama y su buen desempeño le sirvió para ser contratado de manera formal. Después, se incorporó al área de tren motriz y desarrollo de vehículos.
Señala que el primer proyecto en el que sintió que mucha responsabilidad recaía sobre sus hombros fue el desarrollo de un prototipo de camión mediano que pudiera transportar de seis a ocho toneladas con opciones de motor a gasolina y a diesel.
A este proyecto le siguieron otros que derivaron en un cambio de área para Cattori , pues ahora había sido asignado al área comercial y, posteriormente, de servicio.
Al momento de cambiar de especialidad, decide iniciar una maestría en el ITAM para fortalecer las áreas en las que él consideraba que podría mejorar. Cattori piensa que esto ha sido clave para avanzar en su carrera pues cree que no hay mejor manera de prepararse contra nuevos retos que con una constante actualización.
“Siempre me ha encantado estudiar y esto me ha servido a lo largo de mi carrera para entender las cosas de mejor manera. No solo en lo estrictamente teórico, sino en los modos de ver las problemas para resolverlos de mejor forma”, declara.
Los devenires de la industria automotriz a lo largo de los últimos 30 años no han pasado por alto la carrera de Cattori, quien vivió la alianza (y rompimiento) entre Daimler y Chrysler en primera fila.
“Me ofrecieron hacerme cargo de Mercedes-Benz como una división de la compañía. Sin embargo, cuando se da la ruptura entre las dos marcas, me toca salir del edificio y ser el director general de la firma alemana casi por accidente”, señala.
La trayectoria de Cattori en Chrysler le sirvió para que, una vez transformada en FCA , “regresara a casa” bajo la solicitud directa del salvador de la compañía italoamericana, Sergio Marchionne.
“Recuerdo que fue una entrevista sui generis en donde me ofreció ser el director de ventas de FCA en México. Le mostré interés y a los pocos minutos me cuestionó el por qué dejaría de ser el CEO de Mercedes-Benz por ir a FCA. Le respondí que me gustaba su estilo de liderazgo y que me interesaba no el ahora, sino el futuro. Me contestó “sé a qué te refieres y aquí las cosas se mueven rápidamente”.
“A los pocos meses, yo estaba en un distribuidor en Mexicali y me dicen que tengo una llamada. Al teléfono Marchionne me dice que Fred Díaz (entonces CEO de FCA ) había renunciado y estás a cargo de México a partir de ahora. Fue un momento extraño pero muy dulce”, concluye.
Para Bruno, los siguientes pasos en su carrera son el concluir la transformación que Marchionne inició hace seis años y, posteriormente, hacer de FCA una empresa con mayor rentabilidad en México.