A diferencia de hace algunos años, hoy prácticamente nadie es dueño de lo que consume de manera regular. La música, películas y videojuegos que nos entretienen son fugaces y, aún cuando los descargamos, pueden estar atenidos a una temporalidad en el catálogo de cada plataforma.
De acuerdo con una estimación realizada por la sociedad de servicios financieros (UBS), la “economía de suscripción” crecerá de manera anualizada en un 14% para en 2025 ser una industria con un valor superior al trillón y medio de dólares.
Naturalmente, al ver las proyecciones de crecimiento de servicios como Spotify, Netflix , redes de gimnasios y apps que buscan mejorar la salud mental, las compañías automotrices quieren un pedazo de ese pastel.
En la actualidad hay una serie de servicios, de ciertas marcas, que están bajo un programa de suscripción. Uno de los más famosos es la asistencia de telemetría de General Motors, denominada OnStar. A este tipo de prestaciones se les ha agregado la posibilidad de agregar internet a bordo de los autos y se ha jugado con la idea de cobrar mensualidades por el uso de tecnologías como el Android Auto.
Sin embargo, las intenciones de las compañías automotrices buscan ir más allá en la dinámica de “suscripción” y muy probablemente veamos el cobro de distintos servicios adicionales a la cuota de mensualidad del auto.
El pasado 7 de octubre se llevó a cabo el tradicional “Investor 's Day” (día de inversionistas) en Estados Unidos. Ese día generalmente se hacen anuncios que dejan ver el futuro de las compañías para buscar atraer nuevas inyecciones de capital y consolidar la confianza de quienes ya tienen su dinero puesto ahí.
Ahí, el comité directivo de General Motors señaló que los servicios de suscripción en sus autos pueden traer de 20 a 25 mil millones de dólares extras a la compañía de 2022 a 2030, por lo cual valdría la pena considerar aplicarlos de manera inmediata.
Estas intenciones no se limitan a grandes compañías pues, ese mismo día, la “startup” de camionetas eléctricas Rivian anunció a sus inversores que las tendencias de mercado señalan que las actualizaciones remotas de prestaciones como asistencias de manejo asistido, encendido del auto a través del celular o la mejora en el desempeño de la batería podrían representar un ingreso extra de 15 mil millones de dólares en los próximos 10 años.
De esta manera, podemos imaginarnos que algunas características que hoy damos por sentado en el equipamiento de nuestros autos, estarán sujetas al pago de una suscripción adicional a la mensualidad de nuestro auto o, bien, ser parte del pago del mismo sistema de abono que le damos a una compañía automotriz.
Y es que, aunque en Europa el formato de suscripciones por el uso de uno o varios autos de una marca es bastante conocido, en el mercado de la región de Norteamérica es una opción que apenas algunas marcas como Volvo y Mercedes-Benz probarán.
Los formatos de suscripción por el uso de un auto o las prestaciones del mismo parecen ser el camino que las marcas seguirán, pues mientras el margen de ganancia por la manufactura de un auto es considerablemente pequeño, la ganancia que se le puede obtener al cobro de una actualización de software es cuantioso.
No obstante, el modo en el que se ejecuta debe ser cuidadoso, pues ya van dos intentos de BMW en Estados Unidos, donde han tenido que retroceder en sus intenciones de cobrar mensualmente por la presencia de sistemas como el asistente de conservación de carril y el Apple CarPlay. Veremos cómo lo hacen.