En un mercado tan competido y complejo como el mexicano, determinar si un auto será comercialmente exitoso es un volado, pues entran en juego una serie de factores que van más allá de las buenas intenciones de la marca que lo ofrece.
Entre ellos, está un buen diseño, un equipamiento competitivo , tecnologías que lo vuelvan seguro y agradable para su uso y, definitivamente, un buen precio.
De manera argumentativa, hay segmentos en los que es más fácil tener éxito que en otros, pues según el perfil del producto, el cliente puede hacer concesiones y reducir las expectativas de lo que recibe en un auto nuevo.
Sin embargo, uno de los subsegmentos que recientemente se ha convertido en un nicho muy atractivo para todas las marcas de volumen es el de los sedanes subcompactos con un perfil de mayor confort y tecnología.
En ese segmento, marcas como Volkswagen han presentado modelos totalmente nuevos para su portafolios y otras como Nissan , han reinventado por completo su vehículo de mejores ventas en aras de no quedarse atrás.
Uno de los nuevos jugadores que mejores comentarios ha recibido en esta recién inaugurada competencia es el nuevo Chevrolet Onix , un producto que es ensamblado en la planta de General Motors en San Luis Potosí y en el que se ha hecho una fuerte apuesta por tener un equipamiento único en el mercado con el objetivo de hacer que el corporativo norteamericano revierta los resultados negativos que registró en 2019.
En ediciones pasadas, tuvimos a prueba este modelo y nos llamó la atención la presencia de tecnologías como el sistema de asistencia y telemetría remoto de OnStar, la posibilidad de vincular los smartphones con el auto a través de las interfaces Apple CarPlay y Android Auto , sus cifras de potencia superiores a las de la competencia y principalmente, el excelente nivel de seguridad con el que está equipado.
Este mismo ha ayudado a que el nuevo Onix haya sido calificado como cinco estrellas de acuerdo con los registros de la agencia de seguridad Latin NCAP.
Sin embargo, una de las sorpresas más agradables en la presentación de este nuevo producto fue el enterarnos que gran parte de su concepción fue responsabilidad de un grupo de mujeres que tenían la encomienda de crear el próximo superventas de Chevrolet .
Para conocer la historia detrás de esta decisión y de los procesos de planificación para un producto tan importante para la marca norteamericana, decidimos entrevistarlas y conocer su experiencia en este proyecto.
Una de las principales responsables en el plan de lanzamiento de este modelo de Chevrolet es Teresa Cabello, quien estudió ingeniería industrial con especialización en procesos de manufactura industrial.
Tiene 28 años de experiencia en General Motors y ha trabajado en diferentes áreas dentro de la compañía. Sin embargo, considera a este como el reto más grande en su carrera.
Actualmente Tere es jefa de ingeniería vehicular para el Chevrolet Onix y su responsabilidad en éste fue el desarrollo, adaptación y validación de los componentes mecánicos para su venta en México.
“El nuevo Onix es un auto de corte global y cuya producción supone grandes volúmenes. Por esa razón fue muy importante crear una buena estrategia de decisión para definir las características mecánicas de este producto. Desde las cifras de potencia hasta la homologación para consumos de combustible”, señala Tere Cabello.
La importancia de los proveedores es parte fundamental del proceso de manufactura y de su consecuente calidad como producto final al consumidor.
En el caso del Chevrolet Onix, esta responsabilidad estuvo a cargo de Mónica García , una ingeniera con más de 25 años de experiencia en la industria de autos y recientemente nombrada directora de compras y cadena de suministro global.
El reto de Mónica García no fue minúsculo, pues al tratarse de un vehículo tan global como el Chevrolet Onix, la definición de los proveedores se complica y pende de ligeros detalles para transformarlo en un vehículo atractivo o uno más en la oferta mexicana.
“Sin duda fue un desafío configurar este auto, pues la negociación para conseguir partes y componentes de buena calidad sin que impacten en el precio final es muy compleja. La tuvimos que hacer con proveedores de distintas partes del mundo y estar en sintonía con otras áreas de la empresa como manufactura e ingeniería para que todos tuviéramos con qué trabajar de manera adecuada. Sin embargo, creo que se logró un buen resultado y hoy Onix es un producto muy competitivo en México.”, señala García.
Uno de los principales atributos el nuevo Onix es el ser fabricado en México. No obstante, esto resultó una sorpresa para varios, pues el complejo industrial de San Luis Potosí fabrica desde hace años otros modelos importantes para General Motors como Chevrolet Trax, Chevrolet Equinox y GMC Terrain.
Debido a eso, se tuvieron que hacer adaptaciones a las líneas de producción de manera que la calidad en la manufactura de este modelo estuviera asegurada y, más importantemente, el suministro no se viera comprometido por la demanda.
Esa tarea fue encomendada a Adriana Castellanos , quien cuenta con 12 años en la empresa norteamericana y gran parte de ese tiempo lo ha empleado en la fábrica de San Luis Potosí, por lo que era la persona mejor calificada para esa responsabilidad.
El cantautor catalán Joan Manuel Serrat decía que una canción no era nada si ésta “no agarraba calle”, es decir, si no llegaba a la audiencia deseada.
En el mundo de los autos esto es igual, pues si un producto no está en la cabeza de sus posibles compradores, éste se quedará empolvado en las agencias y almacenes.
Por esa razón, Adriana Schutte , gerente de mercadotecnia de General Motors, señala haber realizado un minucioso análisis de mercado para entender qué buscan los clientes mexicanos y, de esa manera, introducir un auto que no se conocía en nuestro mercado.
“La idea de vender Onix en México es reinventarnos en el segmento de los vehículos económicos con un nivel de equipamiento que hoy no tiene igual en el segmento. No importa que el nombre sea nuevo, si revisas aspecto por aspecto, hace todo el sentido comprarlo”, señala la directiva de GM.
El Chevrolet Onix comenzó a venderse en México a finales de enero y, según datos de la AMDA, su entrada apoyó a que GM creciera 18% en ventas en febrero pasado.