Uno de los mayores enemigos de cualquier auto es el agua. De no ser por modificaciones que elevan la toma de aire, el motor se descompone y es imposible volver a encenderlo. Pero hace algunos años, se logró fabricar uno que pueda usarse en pavimento, sobre y dentro del agua.
La empresa responsable fue Rinspeed, de origen suizo, quien fabricó el sQuba tras inspirarse en el Lotus Espirit que era un auto submarino en la película de James Bond: El Espía Que Me Amó.
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Presentado en el Autoshow de Ginebra de 2008, el Rinspeed sQuba fue una creación única, pues se adelantaba a los autos eléctricos además de que podía usarse como submarino. Para ello, usaba el chasis y carrocería del Lotus Elise, lo que le otorgaba dimensiones reducidas y un bajo peso.
La diferencia es que recurría a un paquete de baterías de 54 kWh que en tierra tenía una velocidad tope de 120 km/h, sobre el agua, como lancha, de 6 km/h y bajo el agua de 3 km/h.
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Aunque se trata de un auto submarino, hay dos aspectos que vale la pena mencionar. El primero es que por su naturaleza de “convertible”, no puede bajar muchos metros en el agua. El máximo es de 10 metros, pues recordemos que la presión cambia y es imposible para un humano soportar tal cambio. El segundo punto es que nunca llegó a producción, pero existe un prototipo funcional.
Dicho prototipo se vendió por 2 millones de euros en 2015, pero más información sobre su paradero o si funciona se desconocen. Más que ser un producto viable, fue catalogado como un “juguete para ricos”, del cual jamás llegó a materializarse.
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