El mundo está lleno de leyendas urbanas, historias que pasan de generación en generación, contando o afirmando la existencia o creación de algo. Hoy en Autopistas , te queremos platicar sobre la historia del que odiaba el helado de vainilla .

Hace muchos años, se conoció la historia del auto Pontiac que detestaba el sabor del helado de vainilla. Tanto era su desagrado que simplemente no quería arrancar cuando sus dueños pedían este sabor. Lo sé, ¿un automóvil puede odiar tanto un sabor de helado que se niegue a funcionar? Pues según esta curiosa historia, es posible.

El auto que odiaba el helado de vainilla y no arrancaba
El auto que odiaba el helado de vainilla y no arrancaba

Imagen: pixabay

El auto que innovó la industria gracias a un sabor de helado

Un día común y corriente llegó a manos del Servicio al Cliente de Pontiac una queja algo inusual. Un hombre había mandado una carta contando sobre la situación por la que pasaba ya que aseguraba que su auto, luego de ir por un helado, ya no quería volver a arrancar si es que elegía el sabor vainilla.

El conductor estaba seguro de que la falla de su Pontiac 1999 respondía al sabor del postre y no a algo mecánico, ya que si decidía comprar cualquier otro tipo de helado su auto funcionaba sin problemas.

Fue tal el escándalo ocasionado por esta carta, que logró llegar a manos del presidente de Pontiac , él cual no dudó en enviar a un ingeniero para verificar esta situación tan inusual que estaba causando mucha controversia en la empresa.

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Imagen: Wikimedia

El ingeniero revisó todo el auto e hizo los análisis necesarios para poder concluir que el Pontiac se encontraba en perfectas condiciones. Después decidió verificar por su cuenta la queja del cliente. Condució hasta la heladería y pidió un helado sabor vainilla . Para su sorpresa, se dio cuenta que era completamente cierto, el vehículo ya no quería arrancar.

Este caso se estaba convirtiendo en toda una historia extraordinaria, "el auto que odiaba el helado de vainilla ". Pero un ingeniero tan escéptico como él no se iba a convencer por un simple sabor de helado, así que continuó su investigación por varios días hasta darse cuenta de que el problema no era el sabor, sino el tiempo que tomaba entregar ese postre .

Con cualquier otro sabor, el auto arrancaba sin problema, pero cuando se trataba de helado de vainilla la entrega tomaba mucho menos tiempo, lo que hacía que el auto ya no arrancara gracias a un “bloqueo de vapor ”, situación que fue estudiada por el ingeniero.

El auto que odiaba el helado de vainilla y no arrancaba
El auto que odiaba el helado de vainilla y no arrancaba

Imagen: Unsplash

El bloqueo de vapor, para todos aquellos que no estén familiarizados con el término, es una falla relacionada con el líquido de frenos. Lo que sucede es que al momento de frenar se comienza a generar mucho calor ocasionando problemas cuando el auto se encuentra en suspensión, es decir le cuesta mucho trabajo poder arrancar nuevamente.

Así fue como una simple y extraña queja cambió por completo la mecánica automotriz de los Pontiac . Algo que podía parecer tan insólito llevó a cambiar el sistema de alimentación del motor y el problema dejó de existir.

Lo que parecería ser la historia que se convertiría en una leyenda urbana, resultó todo menos un auto con gustos especiales.

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