Conocido como “el auto del pueblo”, el famoso VW Sedán (apodado Vocho en nuestro país) es un producto que todo el mundo conoce. Catalogado por expertos como el automóvil que puso a México sobre ruedas, el Sedán tiene una historia y reputación más que conocida.
La primera vez que México vio un Vocho, fue en 1954, durante una exposición en Ciudad Universitaria titulada “Alemania y su industria”. A partir de ese momento, el pequeño y robusto auto comenzó a ganar popularidad en el mercado nacional.
Fue tanta su importancia para el país, que en Puebla se inauguró una planta de la marca para cumplir con la demanda. A solo 13 años del inicio de operaciones, ya habían fabricado un millón de unidades y se calcula que, al final de su larga vida, se vendieron poco más de 22 millones de unidades.
En el marco de la celebración del Día mundial del Vocho, el 22 de junio de cada año, te presentamos 7 curiosidades que posiblemente no conocías del Sedán.
A inicios del siglo XX, el dictador alemán Adolfo Hitler ordenó la creación de un auto “accesible” y duradero para que pudiera ser usado por el ejército y las masas. En 1938, bajo la supervisión de Erwin Komenda y Ferdinand Porsche, salió el primer “Escarabajo” de la línea de ensamble de Volkswagen.
En 1945, al final de la Segunda Guerra Mundial, la escasez de combustible fue un tema de preocupación. Gracias a su mecánica sencilla, algunas personas lograron adaptar motores de vapor en sus Vochos para poder seguir utilizándolos.
En la parte delantera se les vertía carbón, mismo que se quemaba para calentar una caldera que generaría vapor y, con esto, movimiento del auto. Esta idea fue descartada rápidamente por los problemas de salud que generaba entre los ocupantes gracias al humo del carbón.
Cuando terminó la Segunda Guerra Mundial, Ferdinand Porsche fue encarcelado por trabajar con el ejército Nazi. Pasó dos años en la prisión hasta que su hijo, Ferry, logró sacarlo gracias al pago de una fianza y separaron su camino de Volkswagen para formar su propia empresa: Porsche.
Como parte de una campaña publicitaria, Volkswagen aseguró que si el auto caía en un río o lago, el Vocho lograría mantenerse a flote por unos minutos para permitir que sus ocupantes pudieran escapar del auto.
Por su parte, una agencia en Jalisco modificó un Vocho para hacerlo anfibio. Según sus creadores, solamente tuvieron que sellar algunos puntos mínimos y el auto ya estaba prácticamente listo para poder ser usado sobre agua sin mayor problema.
Según los datos de VW, casi cada país tiene un nombre o apodo para este modelo. En México le decimos Vocho; en Alemania Käfer; en Ecuador Pichirlo; en Colombia Pulga; en Chile Poncho; en Honduras Cucarachita; en Panamá Tortuga y muchos más.
A pesar de que Ferdinand Porsche y Erwin Komenda son considerados como los padres de este auto, la realidad es que el primer “boceto” fue producto de una estudiante húngara. El concepto del estudiante de ingeniería Bela Barenyi se presentó 13 años antes que el primer Vocho, pero la idea fue robada por el partido Nazi.
Gracias a una publicidad especial de una agencia en Brasil, muchas personas descubrieron que, si acostaban los asientos traseros, se podía hacer una especie de cama en la que los niños podían acostarse durante trayectos largos.
Por supuesto, esto va en contra de todas las reglas de seguridad actuales, pero en su momento se consideró como una idea revolucionaria para mantener cómodos a los más pequeños de la casa durante viajes en carretera.