Una de las decisiones más complicadas al momento de comprar un auto es escoger el color. Éste puede resaltar las formas de la carrocería de diferente manera bajo la luz, además de otorgar una personalidad diferente.
Si a esto se le suma el hecho de que existen diferentes acabados, que añaden profundidad al diseño general del auto. Pero este proceso es uno de los más rigurosos en cualquier marca, ya que se requiere de total limpieza para poder garantizar un terminado perfecto.
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Así se pintan los autos
El paso inicial después de tener toda la carrocería armada es sumergirla en un baño de líquido que protege contra el óxido. La lluvia, brisa de mar, nieve con sal y otros elementos naturales son enemigos de las superficies metálicas, por lo que es importante protegerlas.
Después de eso, se aplica una base llamada “primer”, la cual facilita la adhesión del color durante la siguiente etapa. También sirve como protección para el acero o aluminio de la carrocería en caso de recibir tallones que quiten la pintura.
La pintura de color es aplica con robots por medio de sprays especiales, que cubren la totalidad de la carrocería además de algunas piezas plásticas, como la tapa del depósito de gasolina o las cubiertas de los espejos. Para la pintura metálica, se combina con polvo de aluminio para obtener ese reflejo tan intenso bajo la luz.
Varias capas de pintura son aplicadas para obtener un grosor de entre 35 y 50 micras para luego recibir una última capa transparente, la cual se encarga de proteger el color durante años.
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Las pinturas perladas y mate
Para el caso de las pinturas perladas, las cuales tienen un cambio ligero de color según la luz y el ángulo por el que se mire, se sigue el mismo proceso que las pinturas metálicas pero se sustituye el polvo de aluminio por polvo de cerámica. Esto hace que sea más caro de producir, además de que suele ser una opción con costo extra para el propietario.
Por el contrario, las pinturas mate carecen de brillo. Esto aporta una imagen robusta y deportiva, que se logra al cambiar el proceso de aplicación de la capa transparente final para que, microscópicamente, adopte una textura granulosa. Esto provoca que no refleje luz y por ende, se obtenga este acabado. Generalmente está presente en tonalidades de gris, negro y más recientemente, de azul o blanco. Sin embargo, es difícil de mantener limpio aunque, en definitiva, brinda una imagen muy especial.