Comenzaba la década de los 80 . Atrás quedaba More Than a Feeling de Boston (Rock Clásico) para dar paso a Jump, de Van Halen (Synth Rock). Esta analogía musical nos sirve para comprender qué pasaba en esa época, la humanidad se despedía de la tranquilidad y seriad para comenzar con una generación que se caracterizó por historias de excesos .
Entre ellas encontramos la vida de John DeLorean , el famoso diseñador del auto que lleva su apellido, mismo que se convirtió en uno de los vehículos más reconocidos en la historia por su protagonismo en la saga de Volver Al Futuro , escrita por Robert Zemeckis en 1985.
El DeLorean DMC-12 fue un hito para la cultura popular de la época, pero la historia de su creador envuelve una serie de sucesos, problemas y acusaciones que pocas veces se ven en una persona de su nivel. Aquí te las contamos a detalle.
Nacido en el ceno de una familia rumana en 1925, DeLorean siempre fue caracterizado como una “estrella de rock” que, en lugar de hacer canciones, fabricaba autos. Toda su infancia y adolescencia creció en Detroit , rodeado de historias de éxito en la industria automotriz de la época.
Inspirado en esta corriente, estudió ingeniería industrial y consiguió trabajo en Chrysler, Packard y General Motors, cada vez subiendo de nivel hasta llegar a ser director general de Pontiac , la firma que GM destinó a modelos más radicales, muchos de ellos supervisados por DeLorean.
No obstante, en 1973, su ambición lo llevó a fundar su propia empresa de autos: DeLorean Motor Company (DMC). Tenía toda la experiencia necesaria para hacerlo, pero competir contra los gigantes de la industria con una compañía recién creada no es algo fácil.
No fue sino hasta 1981 que, apoyado de su siempre convincente labia, DeLorean consiguió que el gobierno británico invirtiera en su fábrica 120 millones de dólares para arrancar con la producción del DMC-12 con la promesa de generar miles de empleos en una zona de bajos recursos en Belfast.
Pronto comenzaron los problemas con la fabricación. El diseño original tuvo que ser modificado para ser llevado a la realidad, lo que aumentaba su costo en casi 25 mil dólares. Sin embargo, había una larga lista de posibles clientes que habían hecho apartados de 10,000 dólares cada uno para ser de los primeros en tener un DeLorean DMC-12 en sus manos.
Ante el retraso de la producción, el gobierno británico comenzó una investigación en contra de DeLorean por el desvío de los recursos a cuentas propias del empresario. No se encontraron pruebas que lo confirmaran, pero cortaron completamente las relaciones con la marca de autos.
En 1982, DMC se declara en bancarrota. Pese a esto, se fabricaron 9 mil unidades del DMC-12 , diseñados por Giorgietto Giugiaro con unas extravagantes puertas “alas de gaviota” y carrocería de aluminio pulido.
No obstante, el mismo día que John DeLorean anunció el cierre de su fábrica, fue atrapado por la policía de Los Ángeles tratando de vender 25 kilogramos de cocaína con un valor estimado en 17 millones de dólares.
Sus abogados argumentaron que había sido un montaje de la policía y fue absuelto en el momento, pero al poco tiempo enfrentó un problema mayor en Detroit. Ahora, lo acusaban de desviar 9 millones de dólares de inversionistas que no fueron comprobados.
Entre otros problemas con la ley, y en la década del auge la Guerra Fría , se le acusó de vender información confidencial de industrias americanas a los comunistas, un acto clasificado como terrorismo. Tampoco se le pudo comprobar el cargo, pero su reputación ya estaba lastimada.
Se dice que, gracias a todos estos actos ilícitos, pudo financiar su vida de “rockstar” llena de drogas, alcohol y muchos excesos hasta el final de sus días. John DeLorean murió a los 80 años y DMC pasó a ser una pequeña compañía con sede en Texas dedicada a la reparación y venta de autopartes de DMC-12.
La historia de John DeLorean será por siempre una de las más extrañas en la industria automotriz, ejemplificada por una ambición mal enfocada que derivó en excesos y malos pasos.