Hace casi 30 años, Williams Racing era el equipo más dominante en la Fórmula 1. Esto lo lograron gracias a que, para la temporada de 1993, presentaron el monoplaza más tecnológico y avanzado en la historia de la F1.
Bajo el nombre de FW15C , el monoplaza de Williams dominó los circuitos de la F1 con elementos como control de tracción, frenado análogo con ABS, configuración al alcance del piloto para regular la rigidez del volante y más.
No había equipo que le hiciera frente a Williams, y el equipo aún quería más poder, por lo que su equipo de ingenieros se dieron a la tarea de desarrollar nuevos elementos mecánicos para crear al monoplaza perfecto.
Una de las ideas que salió de la casa británica de competición fue el uso de una transmisión CVT . Este tipo de transmisiones funcionan mediante una banda que puede cambiar de posición de manera infinita para maximizar el torque aplicado.
Esto también se traduce en un mejor desempeño gracias a que el motor puede girar a las revoluciones por minuto que más le convengan de manera constante para mantenerse más tiempo en su pico de poder.
El problema en esa entonces era encontrar una banda lo suficientemente resistente para soportar los 850 caballos de fuerza del monoplaza del Williams. Eventualmente, los ingenieros encontraron una solución que parecía ser la correcta y montaron la transmisión CVT en la parte trasera del FW15C.
En esa entonces el piloto de pruebas de Williams era David Coulthard, quien se puso al volante del monoplaza con transmisión CVT una tarde lluviosa en Pembrey, Gales.
Según las palabras de Coulthard, el coche era demasiado bueno para ser verdad , pues tenía un comportamiento óptimo todo el tiempo, haciendo que el piloto perdiera menos tiempo controlándolo y mejor aprovechando esos segundos en ir más rápido.
Sonaba revolucionaria la idea de una transmisión CVT. Cuando compararon un monoplaza convencional con la nueva creación de Williams, la nueva transmisión servía para bajar un par de segundos al tiempo de vuelta promedio.
Si ya Williams dominaba los circuitos, esta transmisión hubiera sido el final de la competencia en la F1 para dar pie a un monopolio de victorias por parte del equipo británico.
En la FIA se dieron cuenta de que, de aprobar dicha transmisión, Williams no tendría rival en el campeonato. Así, los organizadores de la F1 estipularon en el reglamento que todos los monoplazas deberían de echar mano de una transmisión convencional de entre 4 y 7 velocidades.
De esta forma, la FIA sepultó el proyecto de Williams, que ahora se encuentra en un museo . Este ejemplar sirve para demostrar que, aunque las cosas ya estén bien, siempre se pueden cambiar algunas cosas para ser mejores.