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El freno de mano es un elemento esencial para la seguridad de todo vehículo, aunque su uso depende de varias circunstancias. Dicho sistema mecánico inmoviliza las llantas paran impedir que se desplacen y pierdan el control.
Entender cuándo debes y cuándo no debes accionarlo, es fundamental para mantener la integridad de tu automóvil, la tuya como conductor y la de los pasajeros. Hoy en Autopistas te explicamos todo sobre el tema.
¿Qué es el freno de mano y cómo funciona?
De acuerdo con el portal de Ford, el freno de mano activa y desactiva un mecanismo que tira de un cable conectado a las ruedas traseras, el cual presiona el rotor de los frenos impidiendo que se mueva.
En la mayoría de vehículos, un tambor (situado en la rueda) contiene piezas como resortes y zapatas, mismos que ejercen presión sobre el rotor y provocando que las ruedas queden bloqueadas.
¿Te has preguntado por qué al accionarlo hace un ruido? El freno de mano consta de un disco dentado que va hacia un solo sentido. El botón de éste se acopla y desacopla a un único diente que encaja con los dientes del disco.
Cuando lo apretamos, el sonido que estamos escuchando es el recorrido del diente del freno por los dientes del disco. Dicho mecanismo puede activarse sin el botón, pero no es lo correcto.
Y es que, para liberar el freno, es necesario presionar el botón porque de esta manera el diente que encaja con el disco se desacopla. Utilizar mal el freno de mano lo expone a un desgaste y fallas prematuras.
¿Cuándo debo utilizar el freno de mano?
La empresa CARFAX, especialista en automóviles, recomienda poner el freno de mano cuando nos vamos a estacionar, ya sea en una pendiente o en terreno plano siempre debe accionarse.
Con lo anterior, evitamos que el coche se mueva ante un agente externo, como lo puede ser el empujón de otro vehículo e incluso las condiciones climáticas (lluvias. inundaciones y fuertes vientos).
¿Cuándo no usar el freno de mano?
De igual forma, CARFAX indica que siempre debemos quitar el freno de mano cada vez que queramos arrancar, pues así impediremos un desgaste en el embrague y las zapatas del freno.
Tampoco es recomendable accionarlo cuando los frenos hidráulicos fallan y mucho menos cuando estamos conduciendo a velocidades altas. ¿Por qué? Al bloquear las llantas traseras perderemos el control del vehículo, haciendo que derrape o gire bruscamente.
Además, con el paso del tiempo, es común que el cable del freno de mano se oxide o se afloje. Y si bien su reparación es económica, es preferible no utilizarlo en situaciones innecesarias.
Finalmente, recuerda que aunque tu vehículo sea automático, siempre debes colocar la palanca en la posición P (parking) y luego activar el freno de mano para impedir que el peso del coche recaiga sobre la transmisión.
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