Cuando pensamos en celebridades y autos, se nos vienen a la mente personajes como Kanye West, Cristiano Ronaldo o Tom Cruise. No obstante, un famoso boxeador puede que haya tenido más importancia en la industria automotriz que ningún otro deportista.
Hablamos de Muhammad Ali, la leyenda del boxeo, encontró en la industria automotriz un posible negocio que quería explotar, pero al final del día no resultó como se esperaba. El boxeador estadounidense fundó una compañía de autos en Brasil, pero la historia y proceso de la misma es más que curiosa.
¿Cómo Muhammad Ali y una pequeña empresa de autos se relacionan?
Para resolver este apartado, es necesario comprender la historia de la industria automotriz en Brasil. En la década de los 50, este país obtenía la mayor cantidad de sus ingresos de la agricultura, precisamente del cultivo de café. Lo único relacionado con los autos era la presencia de Ford desde 1919, extrayendo caucho para sus neumáticos.
Sin embargo, con el inicio de la década de 1960, el gobierno brasileño realizó esfuerzos para industrializar al país. Para hacer esto, motivaron la fabricación de automóviles dentro del país.
Para hacer esto, Brasil implementó impuestos sumamente altos para todas las marcas que importaran sus productos. Debido a esto, firmas como Toyota o Volkswagen construyeron sus propias fábricas en Brasil, lo que aumentó el empleo local y apoyó a la idea de la industrialización.
Esta expansión de la industria automotriz motivó a que se desarrollaran marcas de autos locales, ligeramente diferentes. Principalmente eran talleres que tomaban productos de otros países, los reinterpretaban para el mercado brasileño y los vendían bajo su propia marca.
Una de estas marcas era DKW y su auto más exitoso fue el Malzoni, construido en São Paulo. DKW era una firma de autos alemana que se estableció en Brasil bajo el nombre DKW Vemag.
Vemag se centraba en fabricar autos para la clase media, pero le encargaron a Genaro Malzoni, ingeniero y abogado, la creación de aun auto deportivo para sobresalir del resto. Para esto, DKW le proporcionó a Malzoni un motor de 3 cilindros con doble garganta para modificarlo a su gusto.
Usaron fibra de vidrio para la carrocería y debuto con una victoria en Interlagos, algo que le dio mucha popularidad entre los gustosos de los autos de competencia. Con tanta demanda, crea una compañía aparte para producir sus autos y venderlos bajo el nombre de Lumimari Company.
Comenzaron con una producción de 35 autos al año , pero rápidamente crecieron a 100 unidades anuales, divididas en dos versiones: una destinada a las pistas de carreras y otra más apta para las calles.
En 1966, Lumimari cambió de nombre a Puma, y el DKW Malzoni pasó a llamarse Puma GT. Esta versión se convirtió en un ícono de la deportividad de la época y fue nombrado como “el auto más bello de Brasil” por la revista “Quatro Rodas”, con un jurado compuesto por Nuccio Bertone, diseñador de Lamborghini.
No obstante, la historia cambia en 1967. Volkswagen compró DKW y ordenó parar la fabricación de todas sus autopartes. Esto, naturalmente, afectó a Puma, pues no tenían materiales para fabricar sus deportivos.
Sin chasis y motor, el Puma GT cambió de diseño y tomó como base ahora al Volkswagen Karmann Ghia . Pasó de ser un deportivo con motor frontal y tracción delantera, a adoptar una mecánica de motor posterior y tracción trasera.
Este cambio generacional fue muy importante para el modelo, que tomaba inspiración del Lamborghini Miura y el Ferrari Dino. Por primera vez en su historia, el modelo era exportado a diversas partes del mundo, entre ellas Estados Unidos.
Lamentablemente, la crisis económica de los 80 en Brasil afectó a la pequeña empresa de autos, por lo que tuvieron que declararse en bancarrota para 1985. En 1986, Muhammad Ali entra en escena para esta compañía.
Puma tenía un empleado en sus filas de nombre Kevin Haines que, casualmente, conocía a Muhammad Ali. Haines convenció al boxeador de invertir en la empresa.
Ambos viajaron a Brasil para realizar un estudio de la marca. Cuando Ali vio el auto, se enamoró de inmediato y decidió comprar toda la compañía. Al poco tiempo fundó Ali Vehicle Industry , quienes producirían una nueva versión del Puma GT, ahora nombrado Ali Stinger.
“El auto se moverá igual que yo en el ring. Será ágil, rápido y volará como una mariposa, pero atacará como una abeja,” afirmó Muhammad Ali cuando presentó la idea de su nuevo auto.
Según un reporte de la época, se fabricaron 20 unidades prototipo con motor de Porsche 911 . Habría tres versiones diferentes para ampliar su presencia en el mercado y la emoción por el modelo era algo más que real.
Muhammad Ali quería llevar al Stinger a otros lados del mundo, entre ellos Arabia Saudita, pero necesitaría ayuda en dicho mercado. De esta forma, se asoció con un sujeto reconocido en la década de los 70 y 80: Mohammed Al Fassi.
Al Fassi era un hombre de negocios multimillonario originario de Marruecos que se relacionaba a la familia real saudí por matrimonio. Su hermana estaba casada con el príncipe y él aprovechó esto para hacerse de muchos bienes materiales.
Se dice que Al Fassi tenía tanto dinero, que llevaba a todos lados un equipo de filmación profesional en una limusina para que grabaran toda su vida.
Ali logró convencer a Al Fassi para ordenar un lote de 4,000 unidades del Ali Stinger (Puma GT) y comercializarlas en Arabia Saudita. Al Fassi accedió, pero solo si se le ponía su nombre al modelo como una “versión especial”.
Así nació el Puma Al Fassi en 1988, primero como un modelo prototipo que tenía la intención de llegar al mercado a principios de la década de los 90.
El plan parecía ir bien, pero a Al Fassi se le ocurrió declarar en público su apoyo al dictador Sadam Huseín durante la Guerra del Golfo, Esta declaración le obligo a cumplir arresto domiciliario por tres años y se le prohibió su entrada a Arabia Saudita para siempre.
Esto, naturalmente, mató el trato con Muhammad Ali para comercializar su marca de autos en Arabia Saudita. El boxeador había invertido cerca de 40 millones de dólares en la producción de los autos, y con el negocio cancelado, este fue un golpe financiero del que no se pudo recuperar.
Finalmente, Muhammad Ali vendió los derechos de su compañía a Alfa Metals, una empresa de metales brasileña que produjo al Puma hasta el día de su cancelación en 1995.
Imágenes: Puma Classic