La vida cotidiana no sería la misma sin los coches. Los traslados serían más lentos y posiblemente el transporte disponible ofrecería opciones limitadas y menos cómodas. Muchas cosas de las que conocemos hoy serían distintas sin los vehículos con los que recorremos calles, avenidas y autopistas .
Afortunadamente no tenemos que padecer la ausencia de los automóviles, y por la misma razón es importante conocerlos no solo en su funcionamiento, sino en su historia.
En su caso, en la historia del motor hay diversos aspectos que lo llevaron a evolucionar a como lo conocemos ahora.
Karl Benz y su motor de combustión interna
Fue en el año de 1879, cuando Karl Benz —ingeniero e inventor alemán— consiguió en la víspera de año nuevo dar luz a un motor de combustión interna que era básicamente un monocilindro de dos tiempos. Tal fue el éxito comercial del invento de Benz que pudo obtener más tiempo para crear un auto propulsado por gasolina.
Posteriormente, Benz logró crear un motor de cuatro tiempos que incluía una admisión automática, una válvula de escape controlada, un encendido por vibrador eléctrico de alto voltaje con bujía y una refrigeración por evaporación de agua y termosifón, el cuál sería el elegido para usarse en el primer automóvil.
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El motor de Rudolf Diesel
(Foto: Pixabay)
En búsqueda de mayor eficiencia para los automóviles, ya que la combustión interna aún no era suficientemente efectiva, Rudolf Diesel comenzó a prepararse desde su etapa de estudiante de ingeniería para aportar al mundo motorizado uno de los más grandes inventos de todos los tiempos. Sin embargo, nunca pudo observar hasta dónde llegó su idea al suicidarse por las deudas de su compañía en 1913.
La eficiencia de su motor duplicaba el de sus antecesores y se debía principalmente a cómo mezclaba el combustible. Al principio no tuvo tantos clientes, después fue llegando a camiones de carga y años posteriores a la segunda guerra mundial, se abrió paso en el mundo de los automóviles.
El motor turbo
(Foto: Pixabay)
Para esta innovación en el mundo de las partes mecánicas participaron principalmente dos hombres: Louis Renault en 1902 con su dispositivo para aumentar la presión de los gases de admisión en los cilindros de los motores de combustión interna mediante el uso de un ventilador o un pequeño compresor, y Alfred Büchi en 1905 con un compresor centrífugo y una turbina accionados por los gases de escape.
Büchi seguiría adelante con sus investigaciones y en el año de 1925 patentaría el turbo moderno, el que sería el más parecido al que actualmente se usa en los coches deportivos. Sin embargo, antes de llegar a los coches fue utilizado en aviones y sería hasta el año de 1962 que se aplicaría al coche Oldsmobile Turbo Jetfire.
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La inyección directa por rampa común
Según historiadores, en la década de los 90 los motores Diésel estaban en pleno apogeo y el grupo Fiat fue el que se dio a la tarea de perfeccionar los motores al crear el sistema de inyección Common Rail .
El primer coche de serie que equiparía este sistema sería el Alfa Romeo 156 JTD alrededor de los últimos meses de 1997. Después Bosch en el Mercedes C 220 CDI siguió adelante con este sistema.
El motor eléctrico
Este motor es el que tiene orígenes desde las investigaciones de Michael Faraday en 1921 con la rotación electromagnética a partir de la elaboración de dos aparatos que hacían posible ese proceso. También en 1931, con la inducción electromagnética, Faraday aportaría principios que están presentes en los motores eléctricos de los modelos actuales.
A lo largo de la historia se han presentado distintos tipos de motores eléctricos, y hasta la fecha siguen construyéndose nuevos modelos con nuevas características que muestran la evolución de esta autoparte.