Básicamente, todos los neumáticos de calidad promedio siempre serán seguros en piso seco cuando son nuevos. Pero ¿qué pasa cuando hay agua en el camino? ¿Y cuando las llantas ya no son nuevas? Bajo estas dos condiciones es que se puede comprobar si una llanta es segura . Aunque en nuestro reglamento de tránsito no se indica un criterio objetivo para saber si las ruedas ya son suficientemente lisas , podemos considerar los estándares en otros territorios.
En Estados Unidos se requiere que los fabricantes de llantas incluyan grabados entre los dibujos que sirvan como indicadores del desgaste. Por ejemplo, en las llantas Primacy 4 de Michelin si alcanzas a ver el nombre de la marca entre los surcos del neumático , se acerca la hora de cambiarlo .
Ahora bien, ¿es necesario cambiar las llantas antes de llegar a ese límite? Muchos vendedores te dirán que lo ideal es hacerlo al llegar a los tres milímetros. No obstante, si son de buena calidad, no es necesario.
Para que una llanta logre la adherencia correcta en piso mojado debe poseer ranuras pensadas para liberar agua. Además, debe estar fabricada con una mezcla de caucho que permita adherencia en cualquier condición; y también debe tener suficiente superficie de contacto. Ahora bien, ¿cómo saber si mis llantas cumplen con estas características? Los fabricantes deben probarlas.
En Autopistas viajamos a Clermont-Ferrand, ciudad a poco más de 400 kilómetros al sur de París donde nació la empresa Michelin, para poner a prueba neumáticos de distintas marcas y diferentes estados (nuevas y usadas) sobre piso mojado.
En todos los casos, manejamos a 65 km/h y frenamos en seco sobre superficie mojada. En cuanto al desempeño con las llantas nuevas , el auto con los neumáticos de casa logró frenar completamente en 18 metros; el auto con llantas de menor calidad frenó en 26.4 metros. Con las llantas usadas en 23.7 metros y en 30.1 metros, respectivamente.
Posteriormente, manejamos dos carros Citroën en un circuito de unos 30 metros de diámetro con un milímetro de agua en el piso. La idea era alcanzar la máxima velocidad con cada uno de ellos. Aquí cabe destacar que, en la práctica, la seguridad que producen las llantas se traduce en una mayor confianza para pisar el acelerador en condiciones difíciles sin sentir que se está a punto de perder el control del auto.
Al final, nos quedó claro que, aunque los neumáticos de ambos coches ya estaban gastados a 1.6 milímetros de grabado, uno de ellos se adhería mejor, por lo que nos permitía controlar el auto a una velocidad mayor. Si tus llantas no son buenas, es posible que no sean seguras ni con 3 mm de profundidad en el grabado.
Usar las llantas correctas también ayuda a cuidar tu economía: una de cada cinco visitas a la gasolinería se debe a combustible perdido por el desempeño de tus neumáticos, según un estudio de Michelin.