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En días recientes, hemos hablado del impacto del coronavirus en la fabricación, venta de automóviles , y en el mundo del deporte motor. No sorprende enterarse que la pandemia en curso también esté afectando el mundo de los autos clásicos.
Aunque la extensión del alcance de la pandemia es imposible de medir en este momento, el gremio de las personas dedicadas a la restauración y venta de vehículos clásicos empieza a sufrir los cambios provocados por la pausa industrial a nivel global.
Una lista creciente de exhibiciones ya han sido pospuestas de manera indefinida y el evento de más alto perfil en los Estados Unidos en este rubro ( Greenwich Concours d’Elegance ) se ha cancelado, pues estaba originalmente planeado para ser llevado a cabo el 30 y 31 de mayo.
Las subastas de autos clásicos tampoco han podido librarse de las consecuencias negativas del coronavirus. La venta "Passion of a Lifetime" de Gooding & Co., programada para realizarse en Londres el 1 de abril, se ha pospuesto "hasta nuevo aviso".
Asimismo, no se ha anunciado una nueva fecha para la subasta de Barrett-Jackson en Palm Beach y se especula que se lleve a cabo hasta octubre de este año, cuando originalmente estaba planeada para celebrarse a finales de mayo.
Curiosamente, la casa de subastas Bonhams ha anunciado que dos de sus ventas de clásicos en el Reino Unido continuarán según lo programado, a puerta cerrada. Las pujas se realizarán por teléfono y vía internet, sin embargo, señalan que es posible que haya menos participantes en estas licitaciones.
Al tratarse de bienes de alto valor y que no representan una necesidad inmediata, se especula una lógica caída en la venta de los autos clásicos con una caída superior al 50% en comparación a 2019.
Asimismo, se espera que la caída en las ventas de estas piezas suponga una serie de despidos y recortes en las empresas dedicadas a este rubro.