La entrada del verano en nuestro país viene siempre acompañada de las primeras tormentas del año. Como consecuencia, algunas calles se inundan, los conductores pierden destreza y en general, manejar se vuelve más peligroso .
Muchos de los accidentes registrados por la Asociación de Compañías Mexicanas de Seguros (AMIS) en 2018 sucedieron en temporada de lluvias y aunque las precauciones que se deben tomar para evitar percances acentuados por las condiciones meteorológicas, parecieran lógicas, en muchas ocasiones son ignoradas.
Por esa razón, hemos desarrollado una serie de cuidados puntuales que debes tener al momento de manejar bajo la lluvia y asimismo, en el mantenimiento de tu auto de manera previa a hacerlo.
Si te sientes incómodo manejando bajo la lluvia y puedes posponer tu viaje un par de horas, espera hasta que el clima mejore. No hay razón para ponerte en peligro si no es necesario conducir en condiciones de humedad.
Asegúrate de que los elementos esenciales de tu auto funcionen correctamente antes de enfrentar el clima lluvioso. Revisa faros, luces traseras y limpiaparabrisas para tener la certeza de que funcionarán de manera apropiada cuando sea necesario.
Supervisa también el estado de los neumáticos. Si el dibujo de éstos es muy poco profundo, es urgente cambiarlos pues, de lo contrario, podrías sufrir un accidente en estas condiciones.
Además de tener mayor atención al límite de velocidad establecido, en condiciones de clima húmedo, es recomendable conducir considerablemente más lento de lo normal.
Los caminos mojados son muy peligrosos. El tiempo de reacción de su vehículo es mucho más lento cuando llueve y cualquier maniobra brusca tiene consecuencias más notables frente al volante.
Incluso si es de día, tener las luces delanteras encendidas sirve como alerta a los conductores y peatones de alrededor, pues al estar limitada la vista de ellos, los faros activados reducen dramáticamente las posibilidades de sufrir un alcance por otro auto.
Mantén una mayor distancia entre tu vehículo y el automóvil que tienes enfrente. Detener tu coche es más difícil cuando conduces bajo la lluvia por diversas razones.
Se recomienda calcular un espacio imaginario de dos coches para evitar chocar con el coche de adelante, cuando este frene o se encuentre con algún obstáculo en el camino.
Conducir a través del agua estancada puede causar un efecto llamado “ acuaplaneo ”. Esto sucede cuando el auto pierde tracción y se desliza por la superficie de la carretera. Para evitar el hidroplaneo, maneja alrededor de lugares donde no se haya acumulado agua cambiando de carril o conduciendo de manera segura por dichas áreas.
Si es inevitable pasar por un charco de grandes dimensiones y el coche sufre del efecto anteriormente mencionado, se recomienda quitar el pie del acelerador de manera suave y mantener las manos firmes en el volante para que este no haga un movimiento raro. Evita dar volantazos bruscos o pisar el freno.