Después de varias semanas de confinamiento , algunas personas ya se alistan para reanudar sus labores en la llamada ‘ nueva normalidad ’. Sin embargo, durante este periodo, es natural que se hayan desarrollado sensaciones de incertidumbre, estrés o ansiedad , mismas que nos pueden perjudicar a la hora, por ejemplo, de reencontrarnos con las caóticas vialidades de la Ciudad de México.
“Son respuestas comprensibles y transitorias, pero hay que estar muy alertas: si interfieren en nuestra vida, hay que pedir ayuda profesional. De otra manera, conforme pase el tiempo, va a ser un problema más grande y más difícil de controlar.
“Para alguien que va al volante, siempre es importante tratar de mantener un control físico y emocional . El estrés y la ansiedad son situaciones de nerviosismo; podríamos tomar una opción equivocada, o no tener la claridad suficiente y precipitarnos. Y el pánico, muchas veces, nos paraliza. Son emociones que necesitamos manejar porque van a estar en el ambiente los próximos meses”, asegura en entrevista la doctora Georgina del Carmen Chi, gerente médica de Sistema Nervioso Central de Upjohn México, división de Pfizer enfocada en las Enfermedades No Transmisibles.
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Aunque nuestro organismo, explica la especialista, está preparado para afrontar eventos estresantes o que nos asustan (mediante hormonas como la adrenalina, que acelera el corazón y eleva un poco la presión), llegará el momento en que alcance un límite. En ese punto, habrá mayores probabilidades de que la irritabilidad se apodere de nuestras respuestas.
Si después de un altercado con otros conductores o peatones pensamos “‘yo no soy así, pero estoy reaccionando de una manera que me desconozco’, es una señal para tocar la puerta de un profesional de la salud. El estrés es parte de nuestra vida, pero también tiene que fluir y no hacernos daño.
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“En la Ciudad de México tenemos una cantidad muy elevada de automovilistas y no todos tienen el mismo nivel de entendimiento y conocimiento del reglamento. Somos muy heterogéneos y necesitamos de paciencia y tranquilidad . Requerimos estar mentalmente preparados para controlar nuestras emociones , tomarnos un tiempo antes de salir e identificar qué factores son los que nos originan estrés , miedo o incertidumbre”, añade la doctora Georgina Chi.
Limpieza extrema
Otro motivo de preocupación a propósito de esta pandemia es la higiene. ¿Limpiamos con la frecuencia necesaria nuestro vehículo?, ¿usamos los productos adecuados?, ¿el SARS-CoV-2 estará oculto en algún rincón del coche?...
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La experta de Upjohn México exhorta a seguir las recomendaciones difundidas por la Secretaría de Salud. Y, en el caso de personas como taxistas y choferes, “portar cubrebocas, mantener la sana distancia de un metro y medio, usar el gel alcoholado cada vez que se toca el dinero o las tarjetas de pago, airear la unidad periódicamente y sanitizarla durante la jornada de trabajo y también al cierre, para brindar seguridad en las dos direcciones: la del conductor y la de los pasajeros”.
Asimismo, aconseja elegir música que nos relaje o algún podcast de nuestra temática favorita para tratar de amenizar nuestros traslados y, de este modo, crear un ambiente tranquilo, por lo menos, al interior del automóvil.
Pero no es lo mismo seguir las medidas de prevención con la periodicidad recomendada a convertirlas en el centro de nuestra rutina, pues podemos caer en un trastorno obsesivo-compulsivo . “Es un problema mental . Pensar todo el tiempo que el auto está sucio y tener un ritual, es decir, limpiar una y otra vez. Este círculo interfiere con la vida de las personas, no se puede controlar o detener por más que sepan que está mal. Es una manifestación de expresar su ansiedad y estrés .
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“Requieren ayuda de un psicólogo o un psiquiatra, porque ya está alterando su funcionalidad. Son personas que centran su pensamiento en el hecho de que todo está sucio, que el coronavirus está al lado y no los deja ver más allá. Necesitan hablar de estos sentimientos que los limitan y no los dejan vivir como lo hacían antes”, señala la también neumóloga.
Por desgracia, “una de las cosas que más hemos encontrado es el estigma, la discriminación que existe en nuestra manera de pensar”. Cuando los trastornos mentales aparecen, hay negación ante ellos. “No buscamos ayuda y escondemos el problema”, admite la maestra Dunia Pintado, presidenta de la Asociación Voz Pro Salud Mental .