La década de los 80 puede ser recordada por muchas cosas. La cultura pop en su máxima expresión, los mejores años de la música según expertos y, lo que nos interesa en este texto, el punto clave de la Fórmula 1 y sus desarrollos.
En estos años brillaron estrellas como Ayrton Senna o Alain Prost, y destacó un equipo que surgió de la nada: Benetton Formula 1 Racing Team. Comenzaron su vida en la máxima categoría del automovilismo como patrocinadores en 1983 de Tyrrell, pero no fue sino hasta 1986 que se fundó cuando la familia Benetton compró Toleman.
Para su primera temporada, contrataron a Peter Collins como jefe de operaciones. Sus dos pilotos eran Gerhard Berger y Teo Fabi. Casualmente, el primero ganar una carrera bajo el nuevo nombre del equipo fue Berger durante el GP de México 1986 .
En su debut, terminaron sexto en el campeonato de constructores, pero comenzaron a demostrar que tenían muchas armas para combatir contra los mejores de la Fórmula 1. No obstante, tan solo un año después, sus dos pilotos firman con diferentes escuderías.
Therry Boutsen y Alessandro Nannini serían los nuevos pilotos los próximos años, asegurando para 1988 el tercer lugar del campeonato de constructores. Al final de esa temporada, el equipo anuncia la contratación de Flavio Briatore como director comercial, una pieza clave para el que Benetton creciera.
Para 1990, Nelson Piquet era el nuevo conductor del equipo, pero la verdadera adición importante se dio en 1991, cuando Michael Schumacher firma con el equipo.
Para 1994, el equipo era imparable. Ante la muerte de Senna, Schumacher no tuvo otro rival que pusiera en peligro su título por lo que en dicho año se convierte por primera vez en campeón del mundo y lleva a Benetton a la gloria.
Sin embargo, este título se vio manchado por una serie de acusaciones en contra de Benetton. La FIA descubrió que sus monoplazas contaban con un sistema similar al “launch control” que les permitía siempre arrancar con la mejor tracción posible.
De igual manera las válvulas de los motores no tenían reguladores, algo que no estaba permitido por la FIA. El campeonato no les fue retirado, pero sufrieron penalizaciones monetarias, un golpe del que jamás se pudieron recuperar.
En 1995, con el uso de los motores V10 de Renault, Benetton volvió a ser tema de conversación. Esta vez, no ganaron el campeonato de constructores, pero Michael Schumacher mantuvo el título del mundo por segundo año consecutivo.
Benetton parecía imparable, pero no contaban con que, para 1996, Schumacher firmaría con Ferrari. Esto dejó a Benetton sin su piloto estrella y no ganaron ni una sola carrera en esa temporada.
Tanto 1998, 1999 y 2000 fueron años oscuros para Benetton. De ser el equipo más dominante, pasaron a solo ganar una carrera en tres años.
Finalmente, en 2002 Renault Sport compró al equipo por 120 millones de dólares.
Benetton siempre será recordado como un equipo con 27 victorias, 102 podios, 15 poles, 36 vueltas rápidas, un campeonato de constructores y dos veces campeones con Michael Schumacher.