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Existen elementos de nuestro auto que, aunque quisieramos, su duración no es eterna como la batería o las pastillas de freno. Mismo caso son llantas que se pueden ver afectadas por caer un baches, pasar un tope rápido o con cambios de temperatura repentinos.
Aunque no es posible mantener estos elementos para siempre, sí se puede alargar su vida útil con visitas constantes al mecánico o, hablando de los neumáticos, revisando correctamente su presión de forma constante. A continuación te explicamos como asegurarse que el nivel de aire en las llantas sea el indicado y qué puede provocar que pierdan presión.
La baja presión de aire en las llantas afecta en la manera como se desplaza el automóvil , en la precisión de la dirección e incluso que la cantidad de combustible que consume. Esto se debe a que el parche de contacto más ancho (el punto en el que un neumático toca el asfalto) creará más fricción con el suelo de lo normal.
Si las llantas están muy infladas también presentarán problemas, especialmente cuando se trata en la rección del vehículo en una maniobra rápida o en una situación de emergencia.
Los cambios de climas bruscos perjudican directamente a las llantas pues, debido a esto, se pierden una libra de presión cada 30 días. Lo ideal es recuperar esa libra cuando suceda o mantener un control constante cuando el clima es muy cálido para evitar ponchaduras.
La presión de aire ideal para cada auto dependerá de acuerdo al manual del fabricante (colocada en la puerta del piloto) junto con calibrador que indicará su presión actual. Te recomendamos hacer ajustar la presión cuando los neumáticos estén en su estado natural, es decir que lleven un tiempo detenidos pues cuando están en funcionamiento se calientan y aumenta su presión . Asimismo, es ideal hacer este chequeo de presión cada semana.