Aceite, bujías, llantas y filtro de motor son los elementos que más frecuentemente cambiamos para que nuestro auto funcione correctamente. A pesar de ello, existe una pieza fundamental para mantener la comodidad en largos viajes pero que suele pasar desapercibida.
Se trata del filtro de polen , de cabina o del aire acondicionado. Todos estos nombres son adecuados y se refieren a lo mismo. Tal como su nombre lo indica, se trata de una pieza que filtra las partículas de polvo, hojas, polen e insectos que pudieran entrar a la cabina desde el exterior.
Están elaborados en materiales que atrapan también la humedad en temporada de lluvias , logrando que los cristales no se empañen. Sin embargo, si el flujo de aire no es el mismo, se percibe polvo al encender el sistema, huele raro o no enfría como debe, es probable que necesite cambiarse.
Normalmente, el filtro de cabina se tiene que sustituir cada 15 mil kilómetros o cada año, lo que suceda primero. Pero si circulas por caminos muy polvosos , es recomendable hacerlo cada s eis meses.
Para esto, cuando llevas tu auto al servicio de mantenimiento , deben de realizar el cambio de filtro de cabina pero si prefieres hacerlo tú, es muy sencillo. Generalmente se encuentra detrás o debajo de la guantera y basta con quitar esta pieza. No requieres de herramientas, solamente es retirar los soportes correspondientes y una tapa para tener acceso al filtro.
Es importante poner atención a las flechas que apuntan hacia dónde fluye el aire para no generar una obstrucción. En cuanto a la compra del filtro, puedes pedirlo en el departamento de refacciones de tu marca o bien, en refaccionarias se pueden encontrar para la gran mayoría de autos.