Tiempo atrás, en la década de los 1920, el
Type 35, uno de los autos de carreras más exitosos, fue producido por
Bugatti. Este auto logró obtener más de 2 mil victorias, tan solo entre 1924 y 1930. Contaba con un alto diseño, tecnología y rendimiento. No sólo contaba con gran potencia gracias a un motor de 2.3 litros y 8 cilindros en línea, sino también era ligero: pesaba alrededor de 750 kilogramos. En su momento, el Type 35 “fue inimitable”; justo como lo podría ser el día de hoy el
Bugatti Bolide.
Este automóvil es la respuesta a la pregunta de “¿qué pasaría si Bugatti construyera un
hiperdeportivo, para pista, que cumpliera con los requisitos de seguridad de la
FIA?”. Este automóvil está diseñado alrededor del tren motriz W16; tiene una estructura de carrocería mínima además de “datos de rendimiento increíbles”. Es decir, es una carcasa lo “más pequeña posible para un vehículo de alto rendimiento que permite que el W16 realmente se destaque”.
Bugatti ha diseñado la unidad para su uso en la
pista de carreras y ha optimizado el motor y la caja de cambios a fin de obtener velocidades del motor más altas. El
motor de cilindros W16 de 8 litros con mil 824 HP y mil 850 newton-metros de par motor está en su centro. Su velocidad máxima está “muy por encima” de los
500 km/h.
Entre otras cosas, se ha eliminado el sofocamiento del sistema de admisión y escape con el objetivo de lograr una respuesta “aún más rápida, más espontánea y extrema”. Los cuatro nuevos
turbocompresores están equipados con cuchillas optimizadas para generar más boost pressure y potencia a velocidades más altas del motor.
Además, para lograr una lubricación óptima, incluso bajo fuerzas centrífugas extremadamente altas, se han optimizado: el circuito de aceite, la presión de aceite, las válvulas de retención, los deflectores, los tanques de aceite, los depósitos de aceite y el diseño de la bomba de lubricación por cárter seco.
En lugar de un intercooler de agua-aire, el
Bugatti Bolide tiene uno de aire-aire con preenfriamiento de agua. La entrada se realiza desde la parte delantera a través de un conducto de aire interno y uno externo en cada lado del vehículo. Los dos enfriadores de agua, al frente del eje delantero, “proporcionan un sistema de radiador más efectivo en términos de flujo”. Asimismo, los
compresores radiales turbofan de carbono y titanio, ventilan y enfrían el sistema de frenos de carreras de alto rendimiento.
El Bugatti Bolide tiene un peso seco de mil 240 kilogramos. Todos los tornillos y elementos de fijación están hechos de titanio; también, en otros lugares, se utilizaron componentes fabricados con una
aleación de titanio aeroespacial; los cuales fueron generados con
impresión 3D y son “extremadamente delgados”. Sin embargo, tienen una resistencia a la tracción de 1.250 newton por milímetro cuadrado.
Los componentes híbridos, como el eje de transmisión auxiliar, combinan
fibras de carbono de alta resistencia con terminales de titanio impresos en 3D; pueden soportar una temperatura de funcionamiento continua de hasta 260 grados Celsius. Esto reduce el peso y, debido a la reducción de las masas giratorias, aumenta la capacidad de aceleración del motor al mismo tiempo.
El equipo de Bugatti desarrolló un monocasco hecho de carbono. La parte delantera está hecha de fibras de carbono de alta resistencia, al igual que la parte inferior de la carrocería y el monocasco en sí. La resistencia a la tracción y rigidez de las fibras utilizadas (6 mil 750 newtons por milímetro cuadrado y 350 mil newtons por milímetro cuadrado, respectivamente) son cifras que “solo se alcanzan en la
industria aeroespacial”. El cuadro trasero, diseñado como un conjunto de acero soldado, ofrece una resistencia máxima a la tracción de mil 200 newtons por milímetro cuadrado; esto es posible gracias al uso de acero inoxidable de alta resistencia, como el utilizado en la aviación.
Con una altura total de 995 milímetros, el Bugatti Bolide tiene exactamente la misma altura que el Type 35 y es unos 300 milímetros más plano que el
Chiron. La distancia entre ejes es de 2.75 metros y la anchura de 1.99 metros.
El desafío estilístico fue “transformar las demandas de la
aerodinámica y la construcción liviana en una estética que refleje el ADN único de Bugatti”. La apariencia general está dominada por conductos de aire que "recuerdan más a los autos de carreras de Fórmula 1 aerodinámicamente sofisticados que a los autos deportivos clásicos".
Al igual que con otros vehículos de la marca, se utilizó una división de color en el Bolide. En comparación con otros modelos, la proporción de piezas de carbono visibles aumenta hasta en un 60%. Solo alrededor del 40% de las superficies están pintadas, en una reinterpretación del
French Racing Blue.