Si a principios del siglo nos hubieran dicho que un auto eléctrico aceleraría de 0 a 100 km/h en menos de 3 segundos y daría las mismas prestaciones que los mejores superdeportivos de la época, no lo habríamos creído.
Sin embargo, la industria automotriz en todo el mundo ha comenzado un lento pero firme proceso hacia la electrificación que poco a poco comienza a ganar terreno en los países de primer mundo como una opción de movilidad atractiva, pero, ¿qué sucede en México?
Existe el “temor” a comprar autos eléctricos en México por diversos factores. El primero es el conocimiento de la poca infraestructura para soportar este tipo de vehículos, seguido por un costo “elevado” y poca oferta en general.
No obstante, debemos de tener en mente los beneficios que los autos eléctricos pueden ofrecer, entre ellos, ayudar al medio ambiente reduciendo las emisiones contaminantes de tu localidad. Sí, puede que, dependiendo de la manera en la que se obtenga la electricidad, las emisiones podrían generarse en otro punto, pero es un hecho que el lugar donde vives y convive tu familia mejorará en cuanto a la calidad del aire se refiere.
La lista no es tan amplia en comparación a sus contrapartes de combustión interna, que prácticamente abarcan cada segmento y posibilidad en el mercado, pero tampoco es una oferta pobre.
Tenemos autos pioneros en la electrificación como el Nissan LEAF o el Chevrolet Bolt EV, o nuevas propuestas como las recién llegadas de la mano de JAC, el E Sei1, E Sei2, E Sei4 y pronto vendrá su primera pick-up eléctrica , la E Frison T8.
De igual manera, es imposible dejar pasar a Tesla , con su amplia gama que incluye el Model 3, Model S, Model X y, su más reciente producto, la crossover Model Y que ya pudimos manejar en México.
¿Quieres lujo y deportividad? Solo falta con ver las marcas especialistas en este rubro, como Audi , que dispone de la E-Tron, Jaguar participa con el I-Pace y Porsche ha comenzado con la disponibilidad del Taycan en suelos nacionales.
Es imposible decir que un auto eléctrico se maneja de la misma manera que un auto de combustión interna
, pero esto no es malo.
Al contrario, para aquellos amantes de lo “sencillo” un auto eléctrico es una gran opción para manejar cotidianamente en la ciudad , especialmente porque se reducen considerablemente los ruidos y vibraciones por la ausencia de transmisión o motor de gasolina.
Por otro lado, tenemos la capacidad de aceleración de los autos eléctricos , que se caracterizan por tener una entrega de poder inmediata. Esto se traduce en incorporamientos a vías rápidas más seguros y el poder realizar rebases sin problema alguno.
Sí, para alguien que no está familiarizado con la propulsión por baterías, constantemente tendrá la ansiedad del rango y el temor de no llegar a sus destinos . Esto es nulo en caso de un vehículo de gasolina, pues encontramos gasolineras cada 5 minutos en nuestros caminos cotidianos.
Sin embargo, muchos centros comerciales, plazas, oficinas y demás edificaciones ya cuentan con puntos para carga de vehículos eléctricos, que en la mayoría de los casos son terminales de carga rápida.
Hoy en día, incluso el auto eléctrico más barato de México supera los 300 km de autonomía por cada carga , por lo que incluso puedes realizar viajes a ciudades cercanas a la capital del país sin temor a quedarte en el camino.
Contrario a lo que se ven en muchos países, México aún no dispone de incentivos gubernamentales para la compra de autos eléctricos , pero podríamos ver el lado positivo en temas de impuestos. Primero, al adquirir un auto eléctrico, no pagaremos ISAN o tenencia , además de que estamos exentos de la verificación vehicular y los programas de Hoy No Circula.
También, hay empresas que por su parte otorgan beneficios para este tipo de autos, como TAG, que da un 20 por ciento de descuento en sus vías de pago si se circula con un auto eléctrico.
En términos generalizados y a corto plazo, sí. Sin embargo, analizando a profundidad y a 3 años a futuro, puede que no sea una idea tan descabellada hacerse de un auto eléctrico a pesar de ser más caros.
Por ejemplo, en 36 meses , un vehículo de combustión interna pagará en promedio 42 mil pesos de impuestos , suponiendo que se trate de una camioneta familiar. Además, manejando un promedio de 30 km por día, en tres años se gastará un aproximado de 35 mil pesos de pura gasolina .
En un auto eléctrico, no pagamos impuestos
, y tomando en cuenta un costo de 2.7 pesos por kW, en 3 años y con el mismo recorrido de la camioneta familiar, habremos gastado solamente 12 mil pesos recargando nuestro vehículo.
Así que, si lo pensamos como un auto con el que pasaremos más de 3 años, el costo de propiedad estará a la par o por debajo de una camioneta familiar, además de que estaremos ayudando al medio ambiente reduciendo nuestras emisiones contaminantes y propulsando un esquema de movilidad atractivo para el futuro.