“Vorsprung durch Technik” fue el slogan de Audi durante muchos años, que traducido al español sería algo como “tomando ventaja a través de la tecnología”, cosa que no está alejada de la marca ni de la cultura alemana, en general.

Audi, en su búsqueda de innovar dentro del segmento de autos de lujo, ha logrado varias cosas. Una de ellas fue el uso de aluminio para la construcción de la carrocería del A8 de los años 90 pero, ¿qué ocurre si este tipo de avances se aplican a segmentos más accesibles?

Foto: Audi AG
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Visionario

La respuesta a la anterior pregunta es el Audi A2. Puede ser que hayas escuchado de él, o que te hayas preguntado por qué si existe un A1 y un A3, hasta llegar al A8, no exista el segundo número.

Desarrollado en una era donde Audi logró avances significativos como marca, ingeniería y posicionamiento, lanzó el A2 en 1999 para el entonces naciente segmento de los monovolúmenes. Ese que inició el Renault Scénic, donde se maximiza el espacio interior y la comodidad en un vehículo de dimensiones muy similares a las del auto compacto en el que se basa.

Mercedes-Benz había presentado la Clase A y Audi quería hacer lo propio, pero a su manera. Por ello, el A2 buscó ser un auto de lujo hiper eficiente con diferentes ases bajo la manga. El principal de ellos, el uso del Audi Space Frame, que es la carrocería de aluminio para reducir el peso al mínimo, por debajo de la tonelada.

Foto: Audi AG
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Aunque no se trataba del máximo exponente en cuanto a desempeño se refiere, Audi logró que el A2 tuviera un coeficiente aerodinámico de 0,28 que, sumado a motores pequeños, lograba consumos que hoy vemos en híbridos. Claro que la selección del motor influía en ello, pero todos tenían el propósito de ser lo más eficientes. De hecho, con el 1.2 TDI de 61 hp lograba hasta 33.3 km/l, aunque en modo Eco.

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Diseño discutible

No hay duda de que el apartado visual es subjetivo, pero una de las críticas del Audi A2 fue su estética, pues aunque incorporaba el lenguaje de diseño de la marca de aquellos años, tenía formas peculiares. Recordemos, todo en pro de la aerodinámica.

Cofre alargado, techo que cae drásticamente, un alerón trasero y formas redondeadas son lo que lo caracterizan. Por cierto, el cofre no abre y para revisar niveles o rellanarlos, la parrilla se abre (así como las compuertas de algunos autos eléctricos) para acceder a ello fácilmente.

Foto: Audi AG
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En cuanto al equipamiento, estaba al nivel de otros Audi más grandes, con materiales de buena factura, equipo eléctrico, doble techo solar, control de estabilidad, bolsas de aire laterales, entre otros.

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